El Valencia está en venta, por supuesto: 1000 kilos y Peter Lim acepta, o no

Los rumores, siempre interesados, sobre que el Valencia está en venta resultan curiosos, porque nadie da aquí puntada sin hilo

Toni Hernández | 31 MAY. 2016 | 00:02

El Valencia Club de Fútbol de Peter Lim está en venta, por supuesto que si, porque no deja de ser una Sociedad Anónima Deportiva que tiene unas acciones que valen un dinero y tienen un dueño, y si alguien paga a ese dueño un mínimo de 194 millones de euros, lo que ha desembolsado en títulos, le paga una plusvalía (que sería la que él entendiera), y tuviera otros 300 millones para poder garantizar que la deuda de este club no le engulla a los cinco minutos, pues oye, quizá hasta se pudiera cerrar la compra. Los mentideros valencianistas, como así se llama a cuando se reunen 3, dicen 4 burradas y las filtran para que se convierta en noticia, dicen que el club esta en venta, y yo les invito a que lo digan públicamente, que no pasa nada, que es así, pero que ya puestos, nos digan a todos cuantos interesados hay en esa compra. Interesados que puedan pagarlo, claro.

La mala temporada deportiva es un hecho que nadie del Valencia tapa, más bien al contrario, se dice abiertamente con las palabras y con los hechos, y utilizar ese mal año, horrible año, para atacar al dueño en temas que no son deportivos porque no se está de acuerdo con él es feo. Poco elegante, y en algún caso hasta cobarde. Porque cuando uno suelta mierda por la boca, lo menos que debe hacer es echarle un par y respaldar esa mierda que lanza, porque en caso contrario, es un triste cobarde con la boca muy grande y la palabra muy pequeña. ¿Duro? No, realista. Aquí hay un hecho diferencia que el que no quiera ver está en su derecho, pero se equivoca: Peter Lim compró el 80% del club porque se lo ofrecieron, porque era la única solución, y le dieron las llaves del Valencia, las llaves de su casa, y la venderá si le da la gana, cuando le de la gana y por lo que le de la gana, y si no se está de acuerdo, con mil kilos se arregla, porque lo de echar la máquina del tiempo atrás es una estupidez, porque nunca va a pasar.

Estoy fuera de sitio, lo tengo claro, porque como se supone que yo digo que todo está bien, por eso he criticado la elección de Pako Ayestarán como entrenador, que igual soy esa corriente que según el vasco ha hecho impopular su elección. Y ahora todo el mundo lo alaba cuando lo ponían a caer de un burro hace dos semanas, lo mismo que a Peter Lim, al que ahora se empieza, de nuevo a idolatrar. Curioso, y sobre todo bonito, porque mantener la misma línea te hace ser espectador de lujo en esta situación. Pero que nadie olvide que a Lim lo llamaron, que él no había venido a Valencia jamás, que ha apostado por este club más que muchos valencianos que pudieron haberlo (a otros como Juan Roig no les dejaron, unos genios los que impidieron que entrara), y que lo venderá cuando le da la gana, por lo que le de la gana y a quien le da la gana, porque aquí fuimos tan nefastos que tuvimos que llamar a alguien de fuera para que arreglara todo lo que nosotros habíamos dejado en ruina. Porque habrá que decirlo todo, ¿no?