Simeone y el Atlético son mejores, hoy en día, que Neville y el Valencia. Ser ellos es el objetivo

El equipo del Cholo es mejor, porque tiene un trabajo bestial hecho, y el Valencia debe seguir ese camino para convertirse en ese mismo equipo

Toni Hernández | 06 MAR. 2016 | 22:18

El Atlético de Madrid del Cholo Simeone fue superior, fue mejor, muchos minutos al Valencia de Gary Neville en Mestalla, no porque tenga mucho mejores jugadores, que malos no son, sino porque ves a ese equipo, ese automatismos, la forma de defender, de atacar, de replegarse, de dar la puntilla con los jugadores adecuados, porque ayer el 1-2 y el 1-3 los hacen suplentes, y de tener claro qué son, si carne o pescado. Es un equipo que me recuerda en todo y por todo al Valencia de Rafa Benítez, y ese debe ser el espejo en el que mirarse, porque el perfil de jugadores que se pueden traer es ese, fueras de los Cristiano y Messi, y el objetivo no puede ser otro que convertirse en ese Atlético de Madrid.


El Valencia le llegó a pelear el partido en algunos minutos a su rival, que va a otra velocidad, que tiene un ritmo y una intensidad que ahora mismo la gente de Neville no tiene, y que ojalá pueda ver, aunque sea de lejos, durante esta temporada, porque sería la mejor señal para poder hacer un buen final de año. La gente se fue de Mestalla con mosqueo grande, porque toca, porque es la segunda pintada de cara en casa en dos semanas, la segunda vez que te ganan, y bien ganado, y eso no sólo no gusta, cabrea, y mucho. Pero es que ahora mismo el Valencia no puede ser mejor que el Atlético, aunque pueda discutirle durante minutos quién es mejor.

El equipo se queda tocado, la afición se queda tocada, y es normal. Porque también es normal que te ganen los mismos que están disputando la Liga al Barcelona, por delante incluso del Madrid, pero jode, esa es la palabra. Y de esta derrota hay que aprender que el espejo son ellos, que la forma de crecer y de volver a ganar es esa, ser como el Cholo, ser como el Atlético. Ser el Valencia de Rafa Benítez, con futbolistas de un perfil concreto, que individualmente no son mejores que los de Madrid y Barcelona, pero que en conjunto pueden llegar hasta parecerlo. El ratito de la derrota puede valer la pena, puede valer para algo, si se toma nota de que así se hacen las cosas. Alguno puede pensar que la clave es fichar a un tipo como Simeone. Claro, diría yo. Pero el Simeone que firma el Atlético no es este, sino una vieja gloria del doblete colchonero que lleva 5 años sin pena ni gloria en los banquillos, en Argentina e Italia, pero que en el Calderón encuentra su hábitat natural por muchas cosas. No hablamos del Simeone de 2016, sino el de 2011, por el que nadie en Madrid daba un duro. Noche dura, pero que al menos sirve de algo.