Los problemáticos jugadores brasileños de la historia del Valencia

Rodrigo Caio llega al Valencia para sumarse a la lista de jugadores brasileños del club. Históricamente fueron jugadores problemáticos, aunque hubo excepciones.

Jose Hernández | 21 JUN. 2015 | 10:19

Rodrigo Caio se convertirá en el siguiente jugador brasileño que defenderá la camiseta del Valencia.La historia de los futbolistas de su país y el club de Mestalla está llena de casos diferentes, con jugadores que triunfaron y otros que tuvieron que salir por la puerta de atrás. Rodrigo Caio hará bien en tomar nota.

Precisamente hoy se cumplen 54 años de la muerte de uno de los primeros jugadores brasileños del Valencia CF en accidente de circulación, Walter Marciano. Evidentemente es solo una efeméride, pero no cabe duda que aquel suceso sufrido por Walter en 1961 marcó de forma directa la historia de los jugadores brasileños y el club de Mestalla. Después de Walter aterrizó Joel Martins, y más tarde uno de los más talentosos goleadores que tuvo el club en su historia: Waldo Machado. Su humildad le hizo adaptarse rápido a aquel equipo que triunfó en Europa a inicio de los sesenta, pero si hubo dos aspectos en los que destacó fueron el físico, en el que despuntaba tanto como lo hacía Pelé en América y la selección y su golpeo a balón parado. Casualmente el delantero comparte con Rodrigo Caio una cuestión, aterrizar sin gran fama. Al contrario, muchos brasileños fracasaron después de haber llegado a Valencia precedidos de una gran expectación.

El mayor fracaso de todos fue Romario, y eso que el delantero tuvo dos oportunidades para demostrar su talento. Marcó muchos goles pese a los pocos partidos que jugó, pero se encontró con Luis Aragonés y Claudio Ranieri, dos entrenadores que le exigieron compromiso y profesionalidad, algo muy alejado de las intenciones del talentoso atacante. Tampoco llegaron a cumplir las expectativas ni Edu ni Leonardo. Ambos eran internacionales con su país y podían presumir de tener una gran calidad individual, pero nunca llegaron a adaptarse. Y es que los jugadores brasileños siempre han sido muy especiales en su carácter, siendo éste un aspecto a vigilar si se desea un rendimiento óptimo. A Viola le costó dios y ayuda marcar su primer gol con el Valencia en la temporada 1995-96, aunque es cierto que en la segunda parte de la campaña se salió en materia anotadora.

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De las peculiaridades de Toni "lambada" mejor no hablar, por no citar a los contemporáneos Carleto y Vinicius. Si recordamos futbolistas excéntricos con una personalidad "muy brasileña" es de recibo hablar de Marcelinho Carioca. Pie de ángel se presentaba en los entrenamientos con un vehículo repleto de imágenes evangelistas y llegó cargado de gran fama, a la hora de la verdad dejó poco más que un disparo a la madera ante el Real Madrid en el debut en el banquillo de Claudio Ranieri, el entrenador que terminó con su trayectoria en el club. Jonas sin embargo fue uno de los brasileños que mejor rendimiento ofreció en el Valencia, pero su falta de carisma no le benefició. A Leandro se le recordará por su celebración del perrito en el Calderón, un gesto que levantó ampollas en la capital ya que entendían que representaba una falta de respeto a la afición rival; lástima que muchos olvidaran que también lo había hecho en Mestalla una semana antes.

Por último citaremos dos casos, el de Mazinho, que solo rindió bien en su segunda temporada y otro muy dramático, ya que si hemos comenzado esta relación con Walter Marciano, no menos impactante fue la vida de Chicao. El brasileño era otro jugador de raza negra muy fuerte, con un disparo sensacional. Se le fichó tras una pelea en el Trofeo Naranja con el uruguayo Héctor Núñez (entonces jugador del Valencia), y pocos años después de abandonar la disciplina Ché murió en su país durante un tiroteo. Como vemos, la historia de los brasileños del Valencia está cargada de anécdotas y hechos singulares. Rodrigo Caio se suma a la lista y esperemos que deje en el recuerdo un historial menos problemático que algunos de ellos.