Nico Estévez y otros interinos que pasaron a la historia del Valencia CF

Es el segundo entrenador más joven del Valencia Club de Fútbol en competición oficial 

Jose Hernández | 21 DIC. 2013 | 07:39

Nico Estévez ha asumido el cargo de entrenador del Valencia de forma interina, el técnico valenciano debutará mañana en el campeonato de liga ante el Real Madrid después de batir el récord de precocidad del club en el torneo de copa el pasado jueves. Recordamos otros casos de entrenadores que llegaron a la primera plantilla del equipo después de ascender desde las divisiones inferiores o acudiendo en auxilio del club siendo hombres de la casa.

El 28 de diciembre de 1958, el entrenador del Valencia Lluís Miró presenta su dimisión ante la junta directiva del Valencia tras un decepcionante empate a tres goles en Mestalla frente al Zaragoza.

Es el momento de Jacinto Quincoces, en la que sería la segunda etapa del enigmático ex-defensa internacional al frente del primer equipo. El hombre de club ha sido un recurso utilizado por el Valencia en múltiples ocasiones a lo largo de la historia. Proyectos indefinidos que fracasaron, tuvieron continuidad en la figura de un hombre de la casa que en ocasiones ex-futbolista del club y en otras trabajador casi desconocido para el gran público, asumieron con valentía el puesto de entrenador en una situación difícil.

Edmundo Suárez, más conocido en los círculos futbolísticos como Mundo, también vivió dos etapas al frente del equipo. En 1963-64 sustituyó a Pasieguito a mitad de temporada, en una campaña en la que sus hombres conseguirían llegar por tercer año consecutivo a la final de la Copa de Ferias, aunque esta vez el Zaragoza le superaría impidiendo el tricampeonato europeo. Mundo volvería tras la salida del club de Sabino Barinaga; una vez finalizada la campaña 1965-66 ya tomaría las riendas del club en el viaje a México que sirvió para inaugurar el estadio Azteca.

El propio Pasieguito acudiría en más de una ocasión al rescate, y antes, en 1975, el legendario defensa Manolo Mestre también se sentó en el banquillo para intentar salvaguardar el crédito tras el fracaso del yugoslavo Dragan Milosevic. Y es que el de Oliva llegó al banquillo en medio de un auténtico cisma con dimisión del presidente Ros Casares incluida. Roberto Gil, otro hombre histórico de la casa, también se sumaría a la lista en la difícil época de los años ochenta.

Más cercanos en el tiempo y frescos en la memoria valencianista se encuentran otros casos. La eclosión de Francisco Real en el equipo se produjo tras el fracaso de Karlsruhe y dos dolorosas derrotas ligueras en 1993. Real fue impuesto por la directiva presidida por Arturo Tuzón como medida de urgencia. El equipo ganó en Sevilla con su llamativo uniforme color fucsia y durmió aquella noche colider junto a varios clubes de la liga. Paco Real deseaba que su sueño de dirigir al Valencia no terminara, y en medio de su periplo tuvo tiempo hasta para vivir una polémica dialéctica relacionada con el jugador del Barcelona Ronald Koeman. Los resultados no acompañaron y Real se despidió con una derrota en Zaragoza dejando paso a Héctor Nuñez.

Uno de los interinos más exitosos fue José Manuel Rielo, exitoso al menos en la copa, ya que con su llegada el Valencia volvió a una final del torneo del KO 16 años después. Rielo asumió el cargo precisamente, después de que el equipo empatara a uno en el partido de ida de la semifinal de la Copa del rey 1994-95; en la vuelta se ganó y más tarde llegó la final del agua de Madrid.

Rielo volvería a dirigir al Valencia en la liga tras la salida de Luis Aragonés. Otros interinos que pasaron por la casa en épocas recientes fueron Antonio López (tras la destitución de Claudio Ranieri en 2005), Óscar Fernández y Voro en dos ocasiones. En el caso de Fernández le sirvió para convertirse en el técnico más joven que ha dirigido al Valencia en toda la historia del club. Ahora Estévez sigue sus pasos. De momento ya ha logrado situarse como segundo entrenador más joven de la historia del Valencia en partido oficial. El Real Madrid le espera para seguir escribiendo la historia.