La noche de fiesta valenciana que conjuró a la Real Sociedad

El equipo sólo ha perdido un partido desde el encuentro de Mestalla en la primera vuelta

Dani Meroño | 26 ABR. 2013 | 00:04

Las conjuras siempre pasan por comidas, cenas o jornadas de convivencia en un equipo de fútbol. Cónclaves de convivencia que sirven para unir lazos, estrechar cercos y hacer piña. Algo que también hizo la Real Sociedad tras la victoria en Mestalla ante el Valencia. Una noche en la que el equipo se conjuró como jamás un club lo había hecho: yéndose de fiesta por la noche valenciana.

Era 1 de diciembre, el Valencia CF caía contra todo pronóstico por 2 a 5 ante la Real Sociedad en Mestalla y Philippe Montanier conseguía salvar el cuello, algo que no lograba su homónimo en el conjunto valencianista, Mauricio Pellegrino, que era fulminantemente despedido por sorpresa. Tras ese partido, el técnico galo decidió dar la noche libre a la plantilla de la Real Sociedad, bien por el trabajo hecho o por haberle salvado de una inminente destitución. El equipo se fue de fiesta por la noche valenciana y, a partir de ahí, nació otra Real Sociedad.

Y es que no era para menos. La goleada ante uno de los grandes de España hizo que Montanier, que estaba cuestionado en aquel momento -pese a que Jokin Aperribay, presidente de la entidad lo negara-, diera la noche libre hasta tal punto que los miembros del conjunto donostiarra decidieran festejar por todo alto la manita endosada al ya exequipo de Mauricio Pellegrino. Una noche de juerga hasta los topes donde los jugadores no escondieron su felicidad y se retrataron junto con bellas señoritas en una ciudad que acababa de darles el empujón necesario para empezar a creer en otra Real Sociedad.


Si bien es cierto que durante algunos partidos ya se vislumbraba el potencial que que podría tener el equipo tras empatar contra Osasuna y ganar con autoridad contra Málaga o Rayo Vallecano, no sería hasta el partido de Mestalla cuando los de Montanier se creyeran que, a pesar de las limitaciones presupuestarias o de la juventud de la plantilla, el equipo podía hacer algo grande esta temporada en la Liga BBVA.

Y casi tan grande como la gesta en mestalla fue la fiesta en la conocida discoteca Mya donde la unión y los lazos del equipo se estrecharon más que nunca, produciéndose una comunión entre jugadores que aún a día de hoy está siendo envidiable. Porque normalmente, cuando un futbolista sale de fiesta todo son críticas, reproches y cargas contra su actitud poco profesional, algo que estuvo a la órden del día en el momento en que se publicó la noticia y donde, algunos medios clamaron contra la profesionalidad de los Chori Castro, Griezmann o Mikel González, entre muchos otros. Actitud ejemplar que, sin embargo, han demostrado en el campo en base a unos excelentes resultados bajo la batuta de Montanier.


No en vano, de los siguientes 18 partidos disputados tras el de Mestalla, tan sólo cayeron derrotados en uno, contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, por 4-3 y con polémica incluída. Una buena racha de 35 puntos que se prolonga hasta el día de hoy, ya que desde aquel momento el equipo ha cosechado nueve victorias, ocho empates y tan sólo una derrota ante el conjunto merengue que hace que la Real Socieda sea el equipo revelación de esta campaña. Algo que, sin duda pensarán los aficionados donostiarras, es para celebrar.