Pellegrino se enfrenta a su maestro Bielsa

El 'Loco' marcó al 'Flaco' en su etapa en Vélez Sarsfield

Jose Hernández | 19 OCT. 2012 | 10:45

Maestro y alumno, Marcelo Bielsa y Mauricio Pellegrino volverán a verse las caras en un campo de fútbol, y esta vez lo harán como rivales dirigiendo a dos históricos de la liga española, el Athletic Club de Bilbao y el Valencia. En 1997, Bielsa llega a Vélez Sarsfield, el equipo donde Pellegrino había debutado siete años atrás. El reto que el “loco” tenía en sus manos no era sencillo, ya que debía seguir una línea continuista en el club; Vélez vivió una época gloriosa a mediados de los años noventa. El trabajo con Marcelo Bielsa marcó la trayectoria del “flaco” debido a que terminó constituyendo una época con resultados fructíferos, que fue clave respecto a las inquietudes técnicas de Pellegrino, que en aquella época contaba con 26 años. El actual entrenador del Valencia ha manifestado su admiración por el trabajo de Bielsa, pero ¿en qué medida influyeron sus mejores entrenadores en la visión futbolística actual de Mauricio Pellegrino?

Antes de la llegada de Bielsa a Vélez, Pellegrino ya era considerado un baluarte defensivo importante en los equipos conformados por Osvaldo Piazza y sobre todo por Carlos Bianchi. Del “Virrey” (como fue bautizado por el narrador Víctor Hugo Morales), Pellegrino aprendió valores esenciales para el buen funcionamiento de un conjunto. Pellegrino en VélezBianchi organizó a Vélez en torno a cuatro defensas que secundaban a Chilavert, un centrocampista con dos volantes por las bandas, un enganche y dos atacantes. Pero pese a la rigidez táctica, su herencia de mayor valor fue el respeto por sus futbolistas en cualquier coyuntura; el espectacular palmarés del equipo demuestra la eficacia de los métodos de Bianchi. Pellegrino gana la Copa Libertadores en el estadio Morumbi de Sao Paulo en 1994, y cuatro meses más tarde en el Olímpico de Tokio, Vélez hace historia (sin Pellegrino en el terreno de juego), superando 2-0 al Milán en un encuentro histórico con la Copa Intercontinental en juego. El “flaco” se estrenaba en finales internacionales de la mano de su primer maestro.

Pero la llegada de Bielsa procedente del fútbol mexicano en 1997, abre la mente de Mauricio, que descubre a un técnico meticuloso, de estudio y con libreta siempre en mano. Pellegrino, un hombre que comenzó en sus inicios pegado a la banda izquierda, se consagra en el centro de la defensa del Vélez campeón del Torneo Clausura de 1998. Curiosamente, entrenador y futbolista aterrizarán en la misma ciudad para iniciar su aventura española, Barcelona. Las cosas no marcharán por caminos parecidos, ya que Bielsa abandona el Espanyol tras recibir la llamada de la selección argentina, mientras que el “flaco” ganará la liga con el club azulgrana pero no conseguirá un lugar de privilegio dentro del equipo. Su primer entrenador en España es Louis Van Gaal. Pellegrino no encaja en la visión de juego del holandés, además, los fallos del defensa del Barcelona son muy visibles en un esquema como el que jugó el equipo en aquella temporada.

Será de otro argentino de quien Pellegrino reciba toda la confianza en su paso por España. El inicio de su exitosa trayectoria se produce con la llegada al banquillo valencianista de Héctor Cúper. Pellegrino comienza con dudas, pero poco a poco va asumiendo galones dentro de un vestuario ganador. Mauricio es algo más que un defensa, se convierte en líder y demuestra ser uno de los componentes con más carácter del equipo; un hecho que se confirma tras la final de la Liga de Campeones 2001, donde asume en primera persona el sufrimiento y gesta el corazón ganador que reinará en el club los siguientes años.

Mauricio Pellegrino será el nexo de unión entre jugadores y el técnico Rafael Benítez en la nueva etapa. Las palabras del madrileño sobre el espíritu que siempre mostraba “el flaco”, definen a la perfección la madurez alcanzada por el argentino. El defensa entraba en la parte final de su carrera con una inteligencia hacia el juego impropia en un futbolista de su edad.

Pellegrino y Benitez en Inter de MilanMostraba condiciones innatas para la dirección y la lectura de las distintas vicisitudes del juego; los conocimientos adquiridos y la observación de todos entrenadores con los que trabajó, le permitieron aprovechar sus últimos años como jugador para terminar de formar su instinto. Mauricio estaba predestinado a vivir el fútbol desde dentro, y muy pronto Rafael Benítez se convertiría en su mentor.

Como segundo técnico conoció el fútbol inglés y el italiano, tras una desagradable pero enriquecedora experiencia como ayudante en el Inter de Milán. Su llegada a Valencia constituye el mayor reto de su vida, y como era de esperar, los comienzos no están siendo nada fáciles. Mañana se enfrentará al hombre que le dio continuidad con la camiseta de Vélez. Un icono a seguir para un futbolista que siempre hizo de la profesionalidad su bandera, y del rápido aprendizaje la mayor de sus armas.