Caparrós, el constructor de la gloria

El técnico ha puesto la primera piedra para los éxitos de sus ex equipos

Francisco Ortí | 30 ABR. 2012 | 09:41

En Deporte Valenciano.com continuamos con la serie de perfiles de los candidatos al banquillo del Valencia para la próxima temporada.

Desde la distancia parece que no existen coincidencias entre el triunfador Sevilla de Juande Ramos y el ilusionante Athletic Club de Bilbao de Marcelo Bielsa. Dan la sensación de ser proyectos opuestos, con señas de identidad antónimas y con jugadores que responden a perfiles totalmente diferentes. Sin embargo, existe un nexo en la fase embrionaria de ambos caminos, en la génesis de los triunfos. En ambos casos, quien lo inició todo fue Joaquín Caparrós, el constructor de la gloria.

La carrera de Joaquín Caparrós está huérfana de títulos. Jamás ha conseguido tocar metal. Pero sus logros pueden rivalizar con la importancia de un trofeo. Y es que el técnico de Utrera ha sido el germen que inició los éxitos de dos de los equipos -con permiso del Valencia- que más han sorprendido en el fútbol español durante la última década: el Sevilla y el Athletic Club. En ambos casos, Caparrós fue quien sentó las bases desde las que se construyó un proyecto ganador.

Caparrós llegó en el 2000 al Sevilla, cogiendo a un equipo hundido en la Segunda División española. Los resultados fueron inmediatos. Un año después el Sevilla estaba de vuelta en Primera División por la vía rápida. Los hispalenses se proclamaron campeones de la División de Plata con relativa facilidad y vieron como su técnico hacía debutar a chicos de la cantera, entre ellos José Antonio Reyes, que marcarían el futuro cercano del club. Más tarde llegarían Sergio Ramos, Jesús Navas, Antonio Puerta, para instalarse en el primer equipo procedentes de las categorías inferiores del Sevilla.

En 2005 se marchó, dejando en manos de Juande Ramos un equipo ganador, que coleccionaría títulos y alimentaría económicamente al Sevilla durante los próximos años. Las ventas de los jugadores que llegaron al equipo procedente con Caparrós en el banquillo han supuesto suculentos beneficios para el club andaluz, e incluso hoy viven del trabajo realizado por el utrerano.

Algo similar ha ocurrido en el Athletic Club. Caparrós llegó a San Mamés en 2007, después de que el conjunto vasco firmara el peor año de su historia y lograra la salvación en la última jornada. Otra vez, la llegada de Caparrós tuvo efectos inmediatos. Empieza a rebuscar en la cantera nuevos talentos para alimentar el primer equipo, como el jovencísimo Iker Muniaín, y en 2009 mete al Athletic en la final de la Copa del Rey, donde sucumbe ante el todopoderoso Barcelona de Pep Guardiola, que comenzaba a dar sus primeros pasos en forma de títulos.

El Athletic fue capaz de plantar cara al Barcelona tanto en esa final, como en el doble duelo de la Supercopa de España. Su trabajo al frente de los Leones fue ejemplar y le puso el broche de oro la pasada temporada logrando la clasificación para la Europa League vía Liga. Ahora con Bielsa el Athletic ha enamorado a España y Europa, y parece que todo sea mérito del argentino, pero tras el trabajo de Bielsa se encuentra el sudor de Caparrós. El utrerano ha sido el constructor del equipo actual. Hasta Ander Herrera fue fichado durante la etapa de Caparrós en el banquillo.

Por supuesto, el técnico andaluz ha tenido borrones a lo largo de su carrera, véase Villarreal o Neuchatel, pero su trabajo es garantía de éxito. Tal vez no sepa lo que es levantar un título, pero sus triunfos se miden por haber sido capaz de diseñar equipos que han marcado o marcarán épocas. Joaquín Caparrós es el constructor de la gloria y suena para el banquillo del Valencia.