Con Guardiola y una copa de vino

Cuando las cámaras cazaron a Guardiola y Juan Ignacio hablándose al oído al principio del partido no estaban intercambiando frases manidas de ascensor. Lo que Pep hacía era invitar a JIM a su despacho privado para conversar distendídamente. Una tradición inglesa que se pone en práctica con todos los entrenadores que pisan por primera vez el Camp Nou.

Juan Ignacio acudió a la cita, pero no lo hizo solo. A petición suya le acompañó su segundo, Javi Pereira, un detalle muy gráfico sobre la confianza que existe entre ambos. Guardiola estaba esperándolo allí con dos copas de vino sobre la mesa y no tuvo ningún problema en servir una tercera. Durante un rato breve, antes de sus respectivas ruedas de prensa, los técnicos intercambiaron impresiones sobre fútbol.

Guardiola alabó la manera en la que JIM ha sabido acoplarse a los jugadores que tiene en el Levante y ensalzó la magnífica temporada que están realizando los granotas. Al mismo tiempo, el entrenador de Rabasa, un declarado admirador de Johan Cruyff, felicitó a su homólogo por el nivel de excelencia de su equipo. La cita se desarrolló durante algo más de 10 minutos en el sancta sanctórum de Pep, donde no todos tienen acceso en Can Barça, y a ella terminaron sumándose también Manel Estiarte, uno de los más estrechos colaboradores del míster culé, y hasta el presidente Sandro Rosell.