David Albelda, el Capitán

Debe ser el líder del equipo

Toni Hernández | 01 DIC. 2011 | 09:00

Somos incapaces de cruzarnos un "hola". De hecho, hemos vivido dos situaciones los últimos meses de evitarnos en situaciones absurdas sabiendo que el otro está delante. No me desdigo ni una sola palabra de lo que en su día dije de él como profesional. Como persona, cada uno sabrá y no soy quién para juzgar. David Albelda es historia del Valencia, una historia a la que yo siempre estaré enfrentado, pero no por ello le reconoceré los haberes, igual que le puse en su día los debes.

Con 34 años recién cumplidos, ha entrado en esa fase del veterano en la que juega por placer. Disfruta haciendo lo que sabe, y se le nota. ese aspecto te permite competir más y mejor, y con entrenador que te dosifique y te administre, puedes ser una pieza, sino clave, sí importante. Unai Emery lo sabe. Realmente sabe muchas cosas. Algunas ya son añejas, y no mueven molino. Topal es el futuro, pero Albelda es presente. Presente rabioso y más en partidos como el que viene el día 6 contra el Chelsea. El Valencia se la juega en la Champions League, y Albelda, el capitán, debe tirar del carro, ponerse al frente, decir a su gente "aquí estamos" y demostrar que los galones no son de pega, son de corazón.

Desde diciembre de 2007 ha pasado mucho tiempo. Muchas cosas. David Albelda sigue llevando el 6, y vuelve a ser capitán. Mestalla, en su inmensa mayoría, le aplaude, le apoya. Repito que seguiré pensando lo que pienso, pero si soy fiel a mí mismo, cualquiera que defiende la camiseta del Valencia merece mi respeto, mi apoyo, aunque no sea capaz de saludarle, ni recibir un saludo, en una sala de 20 metros cuadrados. Si es ese líder veterano, carismático, inquebrantable... lo que yo pueda pensar o decir queda en segundo plano. Mejor dicho, no está ni en el plano.

Viene el partido contra el Chelsea. La Champions League. Esta competición me recuerda al mejor Albelda. Aquel chaval que en abril de 2000, en los bajos del Olímpico de Roma, celebraba junto a Farinós el pase a semifinales tomando una cerveza "sin" a escondidas. En Londres, David Albelda debe ser ese que todos quieren ver. Al que seguir, quien nos dirija a la pelea. El que no se arrugue, el que tire de los demás. Quien no se rinda. Quien muera en el campo. Quien no se queje, quien no vea al rival como superior, sino como rival, nada más. Quien transmita ilusión antes, durante y después. Ese Albelda que sacaba su cabeza y una bandera por la parte superior de un avión. Y el día 6, en Stamford Bridge, contra Fernando Torres, Juan Mata y compañía, tiene una ocasión de esas que hay pocas en la vida.