La Copa Intertoto del 'Piojo' López

Los ches fueron el primer equipo español que accedió a Europa por esta vía

Jose Hernández | 08 NOV. 2011 | 08:52

El 4 de Julio de 1998, Argentina es eliminada del campeonato mundial de fútbol. Aquel partido de cuartos de final ante Holanda, tuvo claro sabor valencianista.

A falta de dos minutos para el final, el mediapunta Ariel "Burrito" Ortega protagonizaba una de aquellas jugadas que marcan la historia de un torneo y definen la barrera entre el éxito mas absoluto o el más grande de los fracasos. Ortega encaró a su marcador holandés, fintó y gambeteó como muy pocos están en condiciones de hacer; desenterró su demonio interno y se sacó de la chistera una caída que también ilustraba a la perfección sus ganas de recurrir a la picaresca aprendida durante tantas horas de fútbol en los arrabales de su Ledesma natal.

Ariel Ortega y Van der Saar

Ariel fue expulsado; como si de una venganza del destino se tratara, Holanda consigue el definitivo 2-1 en la jugada posterior. Dennis Bergkamp interpreta a la perfección su papel de verdugo y finaliza de forma suprema un rápido contragolpe que sorprendió a la descolocada defensa sudamericana.
Holanda avanzaba hasta las semifinales del mundial, mientras Ortega era el blanco de todas las críticas. El futbolista del Valencia pasó de ser considerado uno de los héroes de la actuación de la albiceleste en la copa del mundo, a tener que explicar el por qué de su actuación teatral.

Ariel Ortega era muy cuestionado en la ciudad del Túria, que se dividía entre los partidarios de su venta y la legión de adeptos con los que todavía contaba. Finalmente abandonó la plantilla rumbo a Génova, para jugar en la Sampdoria.

En aquel once que se enfrentó a la selección tulipán. Destacó otro jugador valencianista que iba a disfrutar de un futuro muy diferente al de su compatriota y que curiosamente también terminaría saliendo del club de Mestalla con dirección a Italia. Claudio López viviría en los siguientes años las mejores noches del Valencia y tendría la posibilidad de abandonar el club por la puerta grande.

Claudio López

Argentina se despidió del campeonato; de nada sirvió el tanto que el "Piojo" López había marcado en la primera mitad. El mundial terminaba para la albiceleste pero las vacaciones de López no comenzarían en ese momento; había que volver a Valencia ya que todavía restaba trabajo por hacer. La Copa Intertoto esperaba para firmar uno de los veranos más movidos de la historia "ché"... y para Claudio, su año laboral más largo, ya que no descansaba desde el mes de Julio del año anterior. Alargó la temporada para poder disputar la Intertoto y solo al final de la misma, disfrutó de sus merecidas vacaciones.
Así fue, como el 18 de Julio de 1998 se enfrentaron en Mestalla el Valencia Club de Fútbol y el desconocido Shinnik Jaroslavl.

El club valenciano dignificó a la Copa Intertoto. Hasta aquella temporada, los clubes españoles consideraban casi una ofensa tomar parte en ella; algo que era muy habitual para conjuntos franceses o alemanes, era denominado por parte de la prensa especializada de la época como "No hacer los debes a tiempo".

Una de las razones que ayudaron a que el equipo de Claudio Ranieri decidiera participar en la Intertoto 1998, fue la modificación de las reglas. Los agotadores grupos en los que se basaba el torneo hasta ese momento, fueron sustituidos por rápidas eliminatorias a doble partido. La medida tuvo una gran acogida en el fútbol europeo, ya que a partir de ese año, muchos equipos de las grandes ligas decidieron probar fortuna en una competición que dejó de ser un campeonato europeo marginal.

El mayor peligro de aquel primer enfrentamiento ante los rusos lo constituía el hecho de que el Valencia participaba con una preparación física muy escasa, mientras que su rival se encontraba a mitad del campeonato de liga en Rusia. Pero sobre el campo no hizo falta recurrir a ayudas externas ni a esfuerzos innecesarios; el Shinnick se quedó a la luna de Valencia muy pronto, justo lo que tardó el Valencia en colocarse con un contundente 3-0 y dejar prácticamente sellado el pase a la semifinal del torneo.

Un gol de los rusos se convirtió en el contratiempo imperfecto. Pero aquella noche jugaba un futbolista que gozaba de una velocidad más, combustible extra el del "piojo" López, que en una contra magistral iba a dejar bien claro que el verano sería suyo. Firmó dos goles y el público congregado en Mestalla tuvo que hacer uso del pañuelo, esta vez para aplaudir al que desde hacía algún tiempo se había convertido en el nuevo ídolo de una afición que buscaba referentes.

El mayor obstáculo del partido de vuelta fue el maratoniano viaje. Conocido ya el escaso potencial del equipo ruso, llegar hasta Jarolasvl se convirtió en una odisea para la expedición formada por el club y sus informadores.

Se tuvo que hacer escala en Madrid y Barcelona para volar mas tarde a Moscú y llegar sobre las doce y media a la recóndita población de Jaroslavl.

El entrenador valencianista definió el choque como "un buen entrenamiento"; no concedió especial importancia a la derrota por 1-0. Lo realmente reseñable del enfrentamiento fueron las imágenes que nos llegaron del estadio ex-soviético. La tromba de agua que soltó el cielo, estuvo a punto de obligar a la suspensión del partido, pero el Valencia no estaba dispuesto a prolongar su excursión por tierras rusas durante más tiempo. Forzó que los minutos pasasen, aunque para ello tuviera que intentar jugar en un terreno impracticable. Un saque de esquina donde el balón flotaba y que Mendieta y el sueco Schwartz se ingeniaron para hacer volar, define perfectamente lo cómico de la situación vivida.

Schwartz

El primer paso se había conseguido. La primera eliminatoria del Valencia en una competición tan desconocida había sido superada con éxito. Todavía restaba jugar contra dos rivales, que deberían conducir después a la ansiada Copa de la Uefa. El Espanyol fue el contrincante en las semifinales. No se trataba del primer equipo, ya que los catalanes no concedieron a la Intertoto la misma importancia que tuvo por tierras valencianas, pero aquel equipo de los Argensó, Capdevila o Tamudo dio toda una lección de coraje y puso las cosas muy complicadas a los hombres de Ranieri.

El partido de ida tuvo un escenario enigmático, la montaña mágica de Montjuit. Justo seis años mas tarde de que ese estadio albergara a los mejores atletas del mundo en aquella cita inolvidable de 1992,las nueve calles de la pista de atletismo del recinto barcelonés coronaban la estampa que se vivía sobre el terreno de juego. Un futbolista, de los 22 que luchaban ante la humedad de la noche veraniega, destacaba sobre el resto, Claudio López estableció la mínima diferencia que se pudo apreciar entre aquel conjunto de voluntariosos chavales, entrenado y guiado por Paco Flores y los once futbolistas vestidos de naranja, que tuvieron que sudar mucho para conseguir su objetivo.

El Valencia ganó 0-1 y esperó a que una semana más tarde, el templo de Mestalla le concedería la clasificación a la preciada final. No iba a ser nada fácil y así lo anunció Flores a su llegada a Valencia, a pesar del resultado negativo del partido de ida, el Espanyol no se sentía derrotado, "Hemos demostrado que podemos plantarles cara e iremos a por ellos en Mestalla". Lo hicieron, pero no pudieron frenar al "Piojo", que nuevamente firmó los dos goles de la cómoda victoria valencianista por 2-0.

Antes de aquel partido se vivió uno de los episodios mas negros de aquel verano de 1998. Cristiano Lucareli, el delantero italiano que vino avalado por su compatriota Claudio Ranieri desde el banquillo, protagonizaría un incidente que se unía al mal comienzo que había tenido su andadura valencianista. Si en el primer partido de la Intertoto, Lucareli se lesionaba, estaba vez propinaba un agresivo rodillazo a Sanjulián, un futbolista del filial, mientras disputaban un partidillo de preparación en la ciudad deportiva de Paterna. El resultado fue la fractura en la nariz de Sanjulián. El "Toro de Livorno" abandonó la sesión entre insultos, pero no parecía especialmente arrepentido por el altercado en rueda de prensa. " a mi me han roto la nariz un par de veces,es algo que ocurre en el fútbol", declaró el controvertido atacante italiano.

Llegó la última criba de la Intertoto. El rival era el Salzburgo austriaco, un equipo que se respetaba pero al que no se temía en exceso. Varios autobuses de valencianistas soportaron las 36 horas de duro viaje que separaban Valencia de la ciudad natal de Mozart. El partido quedó marcado por el dominio valencianista y por el golazo de Schwartz. El sueco había llegado al club como expreso deseo de Claudio Ranieri, venido desde la Fiorentina, su paso por la liga española no respondió a las expectativas generadas en su contratación. Aquel día en Austria, Stefan conectó un remate que despegó las telarañas de la portería rival y que significaba el 0-2.

El encuentro de vuelta, a finales de Agosto fue un trámite. Además, el Salzburgo no acudió con demasiadas ganas de plantear guerra. Jugaron muy defensivos y esperaron las acometidas del equipo español. El 2-1 final colocaba ya al Valencia, oficialmente en la Copa de la UEFA.

Fue un verano divertido, atípico y muy duro, pero la recompensa final llegó en forma de título europeo. Un trofeo muy pequeño, al que muchos ni tan siquiera lo consideran como tal, pero trofeo oficial al fin y al cabo. El Valencia lo ganó y tramitó de esa forma, su pasaporte a las competiciones europeas 1998-99.