El centro del planeta fútbol

Repercusión mundial del liderato

Rafa Carretero | 28 OCT. 2011 | 09:45

El Levante siempre ha sido un club con problemas de repercusión. A antiguos dirigentes como Pedro Villarroel se les echaba en cara que se rascaran el bolsillo para tener minutos de televisión y radio o páginas en los periódicos. Sin embargo, el liderato no sólo ha puesto al equipo granota en los noticiarios, sino que hay cola para entrevistar a los protagonistas de la gesta. "El jefe de prensa está deseando que volvamos abajo para trabajar menos", dice jocosamente Juanlu, uno de los jugadores más solicitados.

Y es que no hay duda de que Orriols se ha convertido en el centro del planeta fútbol. Los ecos de la leyenda que están escribiendo los azulgranas han llegado a todos los confines. Desde China a Australia pasando por Estados Unidos. No hay país en el que el Levante no haya sido noticia. El presupuesto más bajo de Primera, con sólo 210.000 euros de inversión en fichajes, está por encima de transatlánticos como Real Madrid y Barcelona. Todo el mundo quiere saber cuál es la pócima secreta de estos galos liderados desde el banquillo por Juan Ignacio ‘Panorámix’.

Hasta el afamado New York Times le ha dedicado espacio al fenómeno granota con un pequeño breve en su sección de deportes. Es más, su corresponsal en España estuvo ayer en Buñol cerrando una serie de entrevistas y en los próximos días los lectores del diario neoyorquino podrán conocer algo más del ‘soccer’ español de la mano de Juanfran y Valdo, dos de los futbolistas a los que ha estado entrevistando.

Sin embargo, la cara de que el Levante haya abierto una ventana al mundo tiene la cruz de que el equipo está soportando una presión mediática excesiva. Jugadores como Ballesteros ya le han pedido al club un respiro y el propio Juan Ignacio ha hecho hincapié en la necesidad de bajar el listón. Sin ir más lejos, el pasado martes intentó aislar a todo el vestuario de entrevistas y reportajes, pero no lo consiguió. Ni siquiera él se salva, ya que no hay día en el que no tenga compromisos. En varios foros los aficionados empiezan a estar con la mosca detrás de la oreja, con el miedo en el cuerpo de que por más que intente evitarlo al final el equipo va a empacharse.