Creer o no creer en Marcelino y el Valencia
Ha sido un fin de semana convulso, demasiado, y ahora tenemos que darnos cuenta de lo que viene, que sigue siendo igual de importante

El crédito del Valencia de Marcelino García Toral es algo que fluctúa tanto como los resultados en el mundo del fútbol, y eso por un lado se puede considerar como algo normal, pero por otro, y viendo cómo están siendo los dos años del asturiano en el banquillo de Mestalla, está claro que es una montaña rusa de riesgo extremo. El equipo estuvo mal hasta diciembre, con una muy mala Champions League y una Liga en la que pasó de todo pero las cosas se podían haber hecho mucho mejor. Autocrítica por encima de todo. Pero desde enero para acá, la trayectoria es casi inmaculada, o al menos lo era, hasta ese maldito partido en Vallecas ante el Rayo que parece que era el final de los tiempos.
Cuando pierde el Valencia, crítica, pero no gasolina y antorchas https://t.co/eRM6EW7EmN
— locos por el fútbol (@locosvcf) 7 de abril de 2019
“El peor momento para perder un partido”, como si hubiera alguno bueno. El plan era el mismo de siempre: marcar primero, obligar al contrario a irse arriba y buscarle la espalda. De hecho, el Valencia se puede poner 0-3 con las ocasiones de Ferran Torres y el penalti fallado por Parejo, pero no lo hace, y luego viene todo lo demás. Las rotaciones son un desastre, la mitad de la plantilla no vale y el equipo está ahí a pesar de Marcelino. Todo ello hasta el jueves, claro. Y eso, por mucho que forme parte del ADN, no es bueno. Y de este burro no me bajo.
Hay que echar a Marcelino, vender a toda la plantilla y retirar al Valencia de la final de Copa https://t.co/GjSZKkOpP4
— locos por el fútbol (@locosvcf) 6 de abril de 2019