Suso García Pitarch, Jorge Mendes y el fichaje de Miguel Veloso por el Valencia

El medio centro portugués era el jugador perfecto el verano pasado porque acababa contrato, pero era de Mendes, y hubiera sido "mal visto"

Toni Hernández | 17 NOV. 2016 | 00:10

Miguel Veloso, el que dicen puede ser el gran fichaje del Valencia en el mercado de invierno para el centro del campo, estaba llamado a ser una estrella mundial del fútbol y un referente del Sporting de Lisboa, igual que lo fue su padre Antonio en el Benfica, y de hecho con 20 años era titular indiscutible, y con 22 capitán, siendo un fijo con la selección lusa desde 2007, y acudiendo a las Euros de 2008 y 2012, y los mundiales de 2010 y 2014. Su carrera dio un giro para mal en 2010 cuando fichó por el Genoa, en la Serie A, donde empezó a pasar desapercibido, donde se eclipsó, aunque fuera titular y conociera a su mujer Paola Preziosi. Dos años allí y en 2012 rumbo a Ucrania a ganar mucho dinero y a enterrar los mejores años de su carrera deportiva en el Dinamo de Kiev, con el que se enfrentó por cierto al Valencia. El año pasado empezó a volver a su mejor nivel, curiosamente cuando terminaba su contrato, y se vio al mejor Veloso, aunque se quedó fuera de la Euro que ganó su país, siendo la primera cita internacional a la que no acudía desde 2008. El momento para ficharlo era ese, y de hecho su nombre estuvo encima de la mesa, peto su agente es Jorge Mendes...

El verano de Veloso fue raro, porque al final tuvo que volver al Genoa, cuyo dueño es su suegro, y como cuenta plazadeportiva.com, su contrato es por sólo un año. Es decir, el 1 de enero puede comprometerse por quien quiera, y el 30 de junio marcharse gratis. Seguiría siendo de Jorge Mendes, porque le hecho de que esté jugando de lujo y rindiendo a las mil maravillas no debe ser importante. Suso lo quiere, Prandelli también, y ambos lo conocen bien. Pero ojo, es de Mendes, pecado mortal... ¿O no tan pecado? Es el jugador perfecto, y no lo escribo ahora, sino hace varios meses, pero ocurre que el fútbol y la vida son caprichosos, y vuelven a poner su nombre encima de la mesa. Aunque suenan otros, que también son buenos, yo lo tendría claro... aunque sea de Mendes.