Álvaro Negredo, insatisfecho en la victoria

El gol no llega, no al menos con la frecuencia que a él y a la afición le gustaría. El penalti que materializó Álvaro Negredo hace dos jornadas ante el Getafe parecía que le ayudaría a recuperar su olfato realizador, aunque no ha resultado así. La fecha siguiente dispuso de media hora para marcar ante el Córdoba en el Nuevo Arcángel y no pudo, fue Pablo Piatti, como contra la Real Sociedad en la última cita liguera, quien decidió el partido. No acabó contento.

El ariete vallecano, que solo lleva 3 goles en 17 partidos jugados en liga (4 si contamos la Copa), está insatisfecho con sus últimas actuaciones y eso se volvió a comprobar en Mestalla en el choque contra el conjunto donostiarra. Negredo se desesperaba en cada acción de ataque cuando no le acababa de llegar el balón en condiciones de remate o simplemente no le llegaba, abría los brazos, resoplaba y volvía a intentarlo, así durante todo el encuentro.

Empezó muy enchufado contra la Real, estuvo muy participativo desde el inicio del juego. Comenzó asociándose con Piatti y Parejo y tuvo que morderse la lengua pocos minutos después, cuando Feghouli prefirió optar por un mal disparo a dársela al siete, que esperaba solo en el segundo palo. Sosó le falló, aunque quedaba todo el partido por delante.

A partir de ese instante siguió a lo suyo, consciente del alto nivel de exigencia de los seguidores y del que se imprime a sí mismo. Peleó, se desmarcó, jugó de espaldas, ganó balones aéreos, se mostró ambicioso, trabajó en equipo, la devolvía al primer toque, era la referencia arriba… Cumplió todos los requisitos del buen delantero sin encontrar el gol, que ahora le esquiva. Lo tuvo en los últimos minutos de la segunda parte enganchando un balón en el vértice derecho del área pequeña, pero su tiro se fue al lateral de la red. Agachó la cabeza, se tocó el pelo con ambas manos y el gesto de su cara pareció decir “hoy tampoco toca”.

El alto precio que tendrá que pagar el Valencia por Álvaro Negredo a final de temporada le da un plus importante de presión al ‘killer’, al que no ha dejado de invadirle la insatisfacción en la mayoría de enfrentamientos en los que ha participado. Aporta muchas cosas, pero él, como buen delantero, no puede vivir sin el gol. Llegará, y si lo hace contra el Atlético en el Calderón y el Valencia logra algo positivo, servirá para que haga borrón y cuenta nueva y prolongue una dinámica que sí deje saciado al valencianismo y al propio jugador. Sabe hacerlo, sólo necesita recuperar la confianza en sí mismo.

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