Enemigos íntimos en Orriols

La escalada de tensión entre Levante y Madrid marca un partido con el discurso cambiado desde

Rafa Marín | 04 OCT. 2013 | 17:24

Vuelve el Madrid, que aunque cueste creer es uno de los rivales fetiches desde que con Luis García al mando el Levante osó empatar a cero contra el entonces todopoderoso Mourinho, quien en el parking del Ciutat apagó las luces interiores del autobús y abroncó a oscuras a los suyos. La historia continuó al año siguiente y todavía fue a mejor para los granotas, que ya con Juan Ignacio ganaron 1-0 con gol de Koné. Eran los tiempos del histórico liderato y del sprint de Ballesteros ante Cristiano, al que acababan de tocarle el tobillo pero que con golpe o sin él perdió ante el que parecía intocable capitán, hoy fuera del club a las bravas y enfrentado a una directiva que pasó de idolatrarlo a hacer mutis por el foro cuando el fútbol se le echó encima por los supuestos apaños.

Sí, vuelve el Madrid, que en su última visita a Orriols ganó con polémica tras un gol de Morata (1-2) y un arbitraje calificado de puertas para adentro como “sibilino” y hacia fuera de “puto robo”, epíteto que a Diop yJuanlu les costó un disgusto. Fue, sin duda, la mayor escalada de tensión de toda la historia y un punto de inflexión para la coletilla de que los del Levante son del Real Madrid, club del que hasta Quico Catalán es reconocido simpatizante por haberse criado junto a los Santillana –en el coche llevaba una pegatina del Levante‑ y compañía que habitaban la residencia de su abuela. Futbolistas presentes en su boda por la relación entre las familias, sin mencionar el intento de Florentino Pérez de ficharlo como director general con un contratazo.

La enemistad de nuevo cuño entre granotas y merengues venía del 0-0 de Mourinho. Tirando de psicología, Luis García trasladó en la caseta antes de saltar al césped un comentario despectivo que había escuchado desde el otro banquillo para espolear a los suyos y que salieran con el cuchillo entre los dientes. Una hipermotivación que encontró respuesta meses después en la visita copera al Bernabéu y los ocho goles con los que los madridistas se ganaron un extra en sus vacaciones. Como si del Barça se tratara, los Ultras Sur cantaron “a Segunda, a Segunda”, Benzema y compañía acribillaron con saña a Munúa, Di María le dijo a Juanlu que no lo tocara “que me ensucias la camiseta” y Ballesteros no cogió a Marcelo del cuello de milagro por sus burlas cuando ya ambos habían pasado por la ducha.

Son los antecedentes que explican porqué en la última visita del Madrid a Orriols se lió la Mundial de la mano deMuñiz Fernández, el mismo que viene de cubrirse de gloria en Elche. La cosa empezó con el cejicidio deNavarro a Cristiano y acabó con la policía denunciando a los ‘gorilas’ del Madrid. Una trifulca de tres pares en la zona de vestuarios, donde entre Pepe y Ballesteros hubo un puñetazo, si bien un año después aún no se sabe quién lo propinó y quien lo recibió pese a que Sergio Ramos instara al valenciano a dedicarse al “boxeo”. Un comunicado del Madrid defendiendo la “honorabilidad” de sus jugadores encendió la chispa en el Levante, que replicó con uno calcado y en tono burlón, sin señoríos ni gaitas, propiciado entre otras cosas por las amenazas de Arbeloa al aire: “Os esperamos en el Bernabéu”.

No es la polémica ni la visceralidad del Madrid lo que teme el Levante, pese a todo, sino la actuación deGonzález González por más que Caparrós no se moje con los árbitros ni debajo del agua. Un árbitro con el que el Madrid sólo ha perdido una vez, curiosamente a manos del Sporting de Barral. El míster utrerano, sin embargo, piensa en la táctica. Con la moral alta tras ganar en Pamplona, el equipo es consciente de que los deAncelotti no están bien en este arranque y que pueden ser un rival accesible. A ‘Capa’, sin embargo, no se le ha olvidado la ‘tocata’ del Camp Nou, por lo que lleva toda la semana ensayando con un trivote por si las moscas. Y es que además de polémica y tensión, este sábado a las 20:00 hay un partido de fútbol.