Anticorrupción investiga al Levante
La LFP inició un expediente antes del partido contra el Deportivo por las sospechas de amaño
A más de uno no le llega la camisa al cuello en Orriols después de que Javier Tebas, nuevo presidente de la LFP y azote de los amaños, haya abierto un expediente de investigación por las sospechas del Levante-Deportivo. La Policía y la Fiscalía Anticorrupción, de hecho, iniciaron las pesquisas antes de ese partido, por lo que es muy posible que varios jugadores en el ojo del huracán tuvieran los teléfonos pinchados desde tiempo atrás. No en vano, también el partido contra el Celta podría ser objeto de análisis.
El Levante está al día de la investigación de Tebas, que también ha informado a la AFE del asunto, y se ha asesorado incluso jurídicamente para hacer frente a posibles repercusiones. Y es que el club había desempolvado ya la circular de la Liga en la que se avisaba a todos los clubes de que se les iba a mirar con lupa en la recta final de temporada, sobre todo en los partidos con equipos implicados en la zona de descenso.
Que Barkero reculara este miércoles públicamente, por tanto, no va a servir para frenar la investigación. Tres semanas después de lo ocurrido y pese a haber mantenido su postura firme incluso en un tenso careo dentro del vestuario, el vasco pidió disculpas a Juanlu, Ballesteros, Juanfran y Munúa por haberlos acusado de venderse sin pruebas y por algo “que es erróneo”.
Desde diciembre de 2010, cuando se modificó la ley, por primera vez el fraude deportivo es punible penalmente con multas por el triple del beneficio obtenido de los amaños, inhabilitaciones y condenas que van de entre uno a cuatro años de cárcel. En ese sentido, la circular de la Liga recordaba el contenido del artículo 286 del Código Penal, que es aplicable «a los directivos, administradores, empleados o colaboradores de una entidad deportiva, cualquiera que sea la forma jurídica de ésta, así como a los deportistas, árbitros o jueces».
«Rogamos a nuestros afiliados que sea comunicada la presente circular a la plantilla de jugadores y al resto del personal deportivo, con la finalidad de mantener el nivel máximo de alerta acostumbrado para el mejor desarrollo y disfrute del espectáculo futbolístico», detallaba. Además, añadía que «todos aquellos que tengan conocimiento de la realización de las conductas precitadas, tienen la obligación legal inexcusable de ponerla en conocimiento inmediato de los órganos policiales y jurisdiccionales correspondientes y de la propia Liga».