La juventud del Valencia actual: donde todo empieza, y acaba

Lo mejor y lo peor de este Valencia es la insultante juventud que atesoramos. No estamos diciendo nada nuevo o que no supiéramos desde el primer día. La maravillosa inconsciencia de estos críos fue lo que nos salvó de bajar el año pasado, cuando dejando a un lado la presión, que no sabían lo que era, se pudieron a jugar como si estuvieran en el patio de su casa, y eso fue una bendición para el equipo. 

Todo tiene un proceso, ya lo estamos viendo, y a algunos de ellos se les exige ya como profesionales hechos y derechos, y también para eso hace falta tiempo y paciencia. Y no olvidar que son chiquillos, y muchos. Sé que es muy complicado relativizar, olvidar de alguna manera que somos el Valencia, que lo nuestro es intentar siempre arriba, contar con buenos jugadores, hechos, y que la cantera se usa, sí, pero siempre a cuenta a gotas, nunca de una manera masiva… a no ser que las circunstancias obliguen a lo contrario.

Los estamos juzgando como si fueran veteranos, y eso tampoco es correcto. Tampoco que haya un paternalismo que haga justificable todo lo que pasa, que al final hay que buscar lo más posible un término medio.

Dentro de todo lo malo, tener a estos nanos es una bendición, pero que debemos saber cuidar, entender y ayudar, porque en caso contrario los estaremos alejando de su casa, que es donde están, y donde ellos mismos se sienten. Es lo malo y lo bueno de este Valencia, y digo lo malo porque hay un tacto que se debe tener, y que en caso contrario, se convierte en un arma que se gira contra nosotros mismos.