El Valencia y la necesidad de ser inconformista

Al contrario de lo que ocurre en el entorno del Valencia el equipo sí está 100% unido. Baraja ha sabido aislar a los jugadores del difícil clima social y separar a los conflictos internos de la parcela deportiva. De cara a la presente campaña el primer paso fue deshacerse de elementos tóxicos que no ayudaban a la buena sintonía del vestuario. La competencia por hacerse con un puesto es extrema, prueba de ello es que los menos habituales están cumpliendo cuando saltan al campo, pero es una competencia sana ya que en el vestuario reina el buen ambiente.

El Valencia está cada vez más cerca de los 40 puntos, la barrera que marca la permanencia. Pero el éxito verdadero será pensar mucho más allá y mantener la intensidad hasta el último momento. El equipo está más cerca de Europa que del descenso, algo impensable hace unos meses. Con pocos mimbres y mucho trabajo, con hombres más que nombres y con una afición que está llevando en volandas al equipo en cada partido jugado en Mestalla.

La plantilla tiene la segunda vuelta para reivindicarse y callar a los más críticos, hay mucho que ganar y resta un final de temporada que ojalá se convierta en ilusionante tanto en La Liga como en Copa del Rey.