¿Hay una unión social en el entorno del Valencia?

La unión en el entorno del Valencia es una vieja canción de amor no correspondido, que creo que debe tener mucha caspa y mucha más naftalina. Es una antigua aspiración que defendimos algunos cuando éramos jóvenes e inconscientes. Cuando uno pensaba en esa unión hace 25 años, además, no vivíamos en la situación de hoy, donde sería mucho más importante por todos los componentes que tenemos alrededor.

Hay muchos grupos, plataformas y corrientes de opinión, que me gustaría decir que se unen en lo esencial, aunque tampoco del todo, y eso sólo consigue que seamos más débiles, que estemos más fragmentados, que en definitiva haya bandos y guerras que no conducen a ninguna parte, y que encima permiten al máximo accionista vivir de una forma muy plácida, porque no hay una oposición de verdad.

En el debe del valencianismo está, para empezar, que no hayamos aglutinado un 5% de acciones, y eso, que ahora pasa de puntillas, tiene muchas causas que nadie quiere analizar, porque saldría mucha gente muy mal parada. No aspiro a esa unión, porque la concibo como algo absolutamente imposible, lejano, y ya ni me enfado, porque lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible.

Sólo espero, y lo hago con pocas esperanzas, que cuando llegue la hora del cambio en el Valencia, que llegará, estemos todos a la altura de la situación y hayamos aprendido de todo lo pasado desde el proceso de venta, que ha sido mucho y no especialmente bueno. Si lográramos aplicar esas enseñanzas al futuro de la entidad, aunque seguiría sin haber unión, daría por bueno todo el proceso.