La gran batalla en el entorno del Valencia

Que el Nuevo Mestalla suponga una guerra en el entorno del Valencia es para hacérnoslo mirar todos. Hace tiempo, mucho tiempo, que no entiendo la postura al respecto de este tema, que debería tener un consenso absoluto, pero en el que se termina mezclando todo, y en demasiados casos, de una forma interesada que no es buena para nadie.

Aquí nadie le da nada a Meriton o a Peter Lim, sino al Valencia, porque esa va a ser nuestra casa los próximos años, y si nos dura igual que la actual, estamos hablando de más de un siglo, que no es poca cosa. A Lim no se le da ningún regalo, sino que al Valencia, porque ha cumplido muchas cosas, se le ponen ciertas facilidades, legales, para que se pueda acabar la obra.

Aquí el problema siempre ha sido el dinero que el máximo accionista no ha querido poner, y que ahora tenemos guardado en el cajón más de un año, como bien apuntó en su día la directora financiera de la entidad, Inma Ibáñez.

Que esto sea así y que genere una batalla entre bandos es que no me cabe en la cabeza, porque Lim, el día que se vaya, no se va a llevar el campo a Singapur, y sigo sin entender que no se comprenda algo sencillo: cuando más en valor esté el club, antes lo venderá, que quiere recordar al personal que es el gran objetivo que se tiene… ¿o acaso no es así y pretendemos mandar de ciertos restos o que venga un mirlo blanco, y despistado, y nos dé las llaves del Valencia para que lo gestionemos nosotros con su dinero?

Determinadas posturas sólo tienen explicaciones feas, muy feas, y eso es algo en lo que prefiero no entrar, porque sé que me voy a enfadar. Sentido común, ponernos todos de acuerdo, y tener muy claro que esto es bueno para el Valencia, sólo para el Valencia, y que no favorece a nadie más.