Victoria grandiosa del Valencia de Baraja ante el Atlético de Madrid

El Valencia - Atlético de Madrid, ¿del fin de la maldición y volver a ganarles? Esa era el objetivo antes de empezar el encuentro, aunque obviamente no era una misión sencilla. El Pipo daba algunos descansos a internacionales, y de paso tener un plan b, y la novedad de Mosquera en el eje de la zaga. El partido empezaba parejo, sin dueño, pero con los dos buscando su juego… y el Valencia encontró el suyo en el minuto 4, porque una buena jugada de Canós por la izquierda ponía un balón dentro del área, y ahí, Hugo Duro era el más listo y marcaba el 1-0. La verdad es que el gol nos sentó bien, pero no cambiaos el plan, siguiendo con el mismo trabajo, y haciéndolo bien. Pasado el primer cuarto de hora, los papeles estaban claros.

Nosotros a defender bien y atacar rápido, el run and gun, y ellos teniendo el balón pero teniendo problemas para hacernos daño, que era lo más importante. En el 21, jugada individual de Canós que terminaba con un disparo del de Nules que paraba Oblak con problemas. En el 23, Hugo Duro lazaba una falta que no paraba el portero visitante, y en el rechace a punto estaba de llegar el segundo. Pero en el 33 sí llegó, después de una jugada sensacional del equipo, maravillosa, de Fran Pérez, y una definición magistral de nuevo de Hugo Duro. El trabajo daba sus frutos, y de qué manera. En el 35 podía llegar el tercero después de otra contra bestial, pero a Duro le hacían falta al borde del área. Sin que ocurriera nada más nos íbamos al descanso, después de una gran primera parte del equipo de Baraja.

La segunda parte empezaba sin cambios en los locales, y con la necesidad de gestionar bien la ventaja que se tenía. El plan de partido seguía siendo el mismo, con ellos mucho más volcados y obligados, y nosotros con la necesidad de defender bien y atacar mucho mejor aún buscando matar el encuentro. En el 50, primera gran parada de Mamardashvili a un remate de cabeza de Morata que ya entraba. Los colchoneros habían salido a por todas. Y en el 53, jugando como toca, Javi Guerra se encontraba un balón en la frontal, hacía un recorte perfecto, levantaba la cabeza y ponía un derechazo que se colaba en la portería de Oblak. Mestalla en pie y frotándose los ojos. En el 57, Canós parecía romperse, o al menos no poder correr más, y en su lugar entraba Diego López. En el 60, de nuevo Mamar evitaba el gol con otra gran parada a Correa.

El equipo seguía igual, y el momento clave eran los cambios y ver el rendimiento, porque esa la parte diferencial de este equipo, para bien o para mal. En el 69 se iba Gayà, tocado, y Almeida, y entraban Cenk y Amallah. El partido daba la sensación de ir como quería el Valencia, pero contra estos rivales no te puedes descuidar nunca, y la concentración de la gente de Baraja era tremenda. En el 81, Thierry se iba totalmente titeo y entraba Tárrega, lo mismo que Hugo Duro, que era sustituido por Hugo Guillamón. El colegiado añadía 6 minutos, y a los dos equipos parecía que les sobraban. Hasta el final nada más, victoria impresionante y alegría de las grandes.