Mestalla siempre tiene razón

Mestalla, diga lo que diga, siempre tiene razón. Esta es una verdad que no tiene debate, que no admite discusión y que es algo que no hace falta entender, simplemente es así. El alma del Valencia es su estadio, y por ende su gente, que al fin y al cabo es la que le da vida. Y nuestro campo es nuestra casa, porque todos, absolutamente todos, nos hemos criado en esas gradas, y no podríamos entender nuestras vidas sin todos los recuerdos que tenemos.

En el Valencia han pasado, pasan y pasarán muchas cosas, y muchas personas, y se quien no se capaz de aceptar que lo que diga el campo, o no diga, es la única verdad, tiene un problema grave, que además, no cuenta con solución. Porque además de ser soberano, el pueblo de Mestalla es sabio al extremo, sabe las batallas que puede librar y las que no, y sobre todo tiene muy claro las que puede ganar. Y eso no siempre se entiende.

Jamás hay que decirle a Mestalla qué debe hacer, qué debe decir. Eso es un ejercicio de autoritarismo y de ignorancia bestial. A un campo centenario se le habla y se le mira con respeto, en cualquier tema y circunstancia, no sólo cuando puede interesar lo que diga en un momento determinado. El valencianista de bien me habrá entendido a la perfección, y el que no lo sea tanto, quizá sea de lo que sólo le vale lo que diga el estadio si es lo que él quiere escuchar.