Rubén Baraja, entrenador del Valencia

El entorno del Valencia no se puede poner ahora a mirar con lupa a Rubén Baraja. No lo digo porque sea mi amigo, porque eso es demasiado simple, y si por eso fuera, que no hubiera firmado, sufrimiento extra que me habría ahorrado. Se habla mucho de si es el adecuado o no para estar en el puesto en el contexto actual. Que si tenía que haber venido este o aquel, que si Mendilíbar era mejor, que si el otro era peor.

Al final, el problema no reside en el banquillo, porque incluso creo que ni Gattuso es culpable deportivo, aunque será siempre un cobarde que salió huyendo con el rabo entre las piernas cuando había que quedarse y apechugar. La plantilla, que no es tan mala como parece, pero que obviamente tiene carencias por todos los lados, es ahora mismo lo que decanta la balanza.

“Mendi” tiene mucho más equipo en el Sevilla que nosotros aquí, y cuando los ha recuperado a todos, el nivel ha subido de forma exponencial, como es normal. Cada partido de Baraja tiene su propia historia, y los números son los números, aunque sin los detalles se explica menos. El penalti de Barcelona, el gol anulado a Duro en Madrid, el penalti de Almería, los mil fallos ante el Rayo, el penalti y el 0-1 ante el Sevilla. Y a eso únele los jugadores lesionados, muchos de ellos más que importantes en este equipo.

Que no son excusas, son detalles, y los detalles te dan o te quitan un punto, que ahora mismo es la vida. No, el punto de mira no puede estar en Baraja, y en nadie a nivel deportivo en este momento. Primero va salvarse, ojalá Dios, y al segundo siguiente, al segundo, todo lo demás, sin ningún tipo de misericordia.