Valencia, me quitas años de vida

El Valencia nos va a quitar años de vida, nos va a dejar tocada la salud, nos va a hacer envejecer mucho más deprisa. No me he repuesto del partido contra el Rayo, de todo el carrusel de sensaciones que vivimos durante más de 90 minutos, sobre todo en la segunda parte, cuando no había forma de marcar un gol por más ocasiones que teníamos, y ver que los minutos caían sin remisión. El desgaste, a todos los niveles, no lo había conocido nunca.

No he podido dormir, no he descansado nada, me acosté con dolor en el pecho y me he levantado igual. Y al mismo tiempo he sentido una extraña sensación de alivio viendo al equipo fuera del descenso. Extraña porque la idea era ganar, aunque el partido no me gustaba nada, y alivio porque en esta lucha por evitar el descenso sumar es lo único importante, y sino pueden ser 3, que al menos sea 1, pero que nunca nos vayamos del campo de vacío, que es el drama.

La cabeza te explota en cada partido, no eres capaz de hacer nada más, ni siquiera contestar a mensajes del móvil, porque no quieres apartar la vista del partido, en ningún momento. Del partido contra el Rayo se pueden hacer muchas lecturas, pero llegados a este punto, yo sólo pienso en que vamos a vivir unos días fuera del descenso, y que en Almería nos jugamos muchas cosas y no podemos fallar de ninguna de las maneras. Y que creo mucho en mi equipo y en mi entrenador.