Samuel Lino: de que el Valencia quisiera comprarlo a demasiadas dudas

El brasileño siempre está, eso nadie se lo niega, pero ha de dar mucho más, porque nos hace mucha falta

Toni Hernández | 24 FEB. 2023 | 00:05
Samuel Lino

Samuel Lino es un jugador vital para el Valencia, pero su rendimiento, numérico, nos está dando cojos en algunos aspectos. Ha jugado los 22 partidos de Liga, más 2 encuentros de Copa y el de Supercopa, en total 25, marcando 5 goles, 2, 2 y 1, y como digo, dando más sensación de ser importante que siéndolo de forma real. No ve puerta en Liga desde que, precisamente, le marcara gol a la Real en Anoeta, hace 9 jornadas. Muchos partidos, que se han saldado con un balance de 1 victoria, 1 empate y 5 derrotas. 4 puntos de 27, que no es, ni más ni menos, que lo que nos ha metido en este pozo de manera rotunda.

¿La culpa es de Samuel Lino? No, obviamente, o al menos no sólo suya, no vayamos ahora a cargar contra nadie en particular cuando es algo general, no nos engañemos. Esta semana, @iojavime, una de las mejores cuentas que se pueden seguir para analizar datos y estadísticas, hacía una comparativa entre Lino y Vinicius, jugadores que tienen la misma demarcación. “El jugador del Valencia acumula 55 remates por los 55 de Vinicius (según wyscout) y un éxito en el remate (a puerta) de 49’06% para Vinicius y un 41,82% para Lino. ¿La dificultad está en generar? No. Es la finalización … 7 goles Vinicius por 2 de Lino”. El análisis es revelador, sin duda, y aunque son datos duros, al mismo tienen un punto de esperanza, porque es cierto que los goles, el acierto final cara al marco contrario, son rachas en muchas ocasiones.

Y si llegara un día en el que Lino cogiera la buena, que ya va siendo hora, con esa capacidad rematadora y ese acierto en disparar a puerta, si pasamos de 2 goles en 22 partidos, a 7 en los 16 que quedan, las opciones que tendremos de salir de esta maldita pesadilla serán mucho mayores, todos lo tenemos claro. El potencial de Lino es obvio, pero ahora mismo necesitamos algo mucho más tangible, porque no tenemos tiempo, eso ya se nos acabó hace bastante.