Señalar y juzgar a valencianistas que quieren ilusionarse con su equipo

La ilusión no entiende de guerras ni de bandos, y como se nos ocurra cargárnosla por nuestros intereses, eso no tendrán perdón de Dios

Toni Hernández | 05 SEPT. 2022 | 00:05
Valencia CF

Criticar a los 8.000 valencianistas que vieron en Mestalla la presentación de los nuevos fichajes es tan marciano como hacerlo a los se quedaron fuera del campo el día del Celta de Vigo en la última jornada del año pasado. Nos estamos volviendo locos y perdiendo el norte con estas cosas, porque somos incapaces de respetar que el prójimo piense distinto a nosotros, y eso nos hace generar unos discursos absolutistas que son más propios de una dictadura que de una democracia.

Y luego nos llenamos la boca diciendo que Lim es un tirano, aunque luego nosotros nos ponemos a su altura en muchos sentidos. A mí, las fotos de las gradas llenas de nanos disfrutando de sus nuevos ídolos, de esos jugadores que llevan puesta la camiseta de su equipo, me encanta, me emociona. Porque eso significa que el relevo sigue ahí, que el sentimiento no está muerto, todo lo contrario.

Porque esos chavales son yo mismo en 1986, cuando habiendo descendido a Segunda, fui a ver la presentación del equipo con don Arturo y don Alfredo, y aquellos valencianistas vestidos de corto que se tomaron devolver al equipo a Primera como algo personal, muy por encima del dinero.

Aquí nadie es dueño de la verdad absoluta, y los guardianes de la moral ya están empezando a cansar a mucha gente, porque no se puede vivir siempre amargado ni obligado a los demás a pensar de determinada manera, que estamos en el siglo XXI, por el amor de Dios. El día que al fútbol le robemos la ilusión, cuando un niño no quiera ir a este tipo de cosas, entonces sí que estaremos fastidiados con J mayúscula, pero mucho. Las nuevas generaciones son el futuro, y si no lo vemos, es que tenemos un problema muy serio y muy grave.