La pérdida del sentido común en el entorno del Valencia

Seguimos llevando las cosas al extremo, da igual el qué y cómo, y eso no nos conduce a nada bueno, y encima lo sabemos

Toni Hernández | 10 JUL. 2022 | 00:02
Entorno Valencia CF

Llevo tiempo denunciando la pérdida de sentido común en muchos de los que componemos el Valencia. La guerra contra Lim, y todas sus derivadas, que son muchas aunque se pretenda negar la evidencia, ha hecho que el odio nos ciegue, y eso, como siempre, al único que perjudica es al Valencia. Todo, absolutamente todo, lo que pasa alrededor del club, es visto como algo malo.

Pero es que da igual lo que sea y el argumento con el que se presente, es malo por esencia. La culpa la tiene Meriton, no casi toda, toda. Su gestión en todos los ámbitos ha provocado un descrédito tal que nada de lo que nazca de las entrañas de la institución es tenido en cuenta, incluso cuando pueda ser algo objetivamente positivo. Lo decía el otro día, citando al tuitero @JRequena89, “a los que les iba a gustar, mostrasen lo que mostrasen, les gusta.

A los que no les iba a gustar, mostrasen lo que mostrasen, no les gusta. Lo ponéis todo tan fácil…”. Y es así, porque nadie puede discutirlo, y lo mismo que obcecarse en que hay valencianistas que no quieren el bien del Valencia porque está Meriton, que aunque da muchas veces la sensación no es algo real, tampoco nos podemos enrocar en que todo lo que sale de Mestalla es malo por esencia porque son ellos quienes lo hacen.

Que no, que la vida no es así, y el Valencia tampoco. E insisto en algo básico y elemental. Determinadas posturas empiezan a tener muy mala pinta. Durante años se ha dicho que los que hemos intentado ver las cosas con cierta calma teníamos intereses. A mí no me ha pagado nadie por decir lo que pienso, pero ojo, el día que quieran, nos ponemos de acuerdo. Pero por esa misma regla de 3, yo me empiezo a preguntar qué sacan los que se oponen de todo, a lo que sea, de manera frontal y porque sí. Porque esto me recuerda algo que he dicho muchas veces también: ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos.