¿Y quién compra ahora el Valencia?

Hace años que es la única salida, pero ni ha habido muchas ofertas serias, ni tampoco demasiado interés por parte de la propiedad

Toni Hernández | 17 MAY. 2022 | 00:02
Mestalla

Quién compra el Valencia, eso es lo único importante. Debe ser el gran objetivo de todos, y nada nos puede hacer perder el tiempo en otra cosa. Que sí, que Anil Murthy puede ser cesado como presente, que muy bien, aunque llega dos años y medio tarde, porque jamás debió pasar de la noche en la que mandó callar a Mestalla. No, Murthy es un problema pero no es el problema, aunque dese luego, hace perfecto su papel de parapeto, porque al final nos cebamos con él y eso no lleva a ninguna parte. Que la llave de todo es Peter Lim no tiene vuelta, pero sin comprador para sus acciones, sin la manera de que poder entrar a la entidad para desalojarlo a él de la única forma posible (sí, se está en trámites con la justicia por otros asuntos, pero de momento, por esa vía no se ha conseguido nada), no tenemos nada que hacer.

Y eso luego generará otros problemas, porque el que venga querrá hacer con su empresa lo que estime oportuno, aunque lo que le pediremos será lo mismo: que aplique el sentido común, que no nos deja en ridículo, y que en la medida de nuestras posibilidades, volvamos a ser un equipo que sea importante en España y en Europa. Y eso, hablando del Valencia, no es pedirle peras al olmo de ninguna de las maneras. Miro fuera y pienso en quién, y de verdad, no tengo respuesta a esa pregunta. Y lo que es peor, no sé la cifra que pide Lim por su más de 90% de acciones, que esa será otra, y nada fácil con todas seguridad.

Ese partido va a ser muy complicado, pero mucho, porque quien venga debe hacerlo con dinero para Meriton, y luego afrontar la situación global del club: con el estadio para arrancar pero al que le faltan 30 millones, con el actual sin vender, con el Fair Play Financiero apretando como nunca, con una rueda neta de 300 millones de euros… El “pastel” es enorme, y se le debe añadir la guinda, que somos nosotros, el valencianismo, que no somos gente precisamente fácil, y que con quien venga vamos a ser especialmente duros, porque vamos a ver el fantasma de Lim en cada cosa que diga o haga. Esta es la clave, lo queremos ver o no, y no se me ocurre cómo poder solucionarlo.