Las razones por las que el Valencia no es capaz de unirse (ni agrupar un 5% de acciones)

Tener un enemigo común es un pun to de partida, pero hacen falta muchas más cosas que no se tienen en cuenta

Toni Hernández | 13 ABR. 2022 | 00:05
Lim go home

No creo en la unidad del valencianismo”, decía un miembro de Libertad VCF hace unos días. Y mira por dónde, aunque él no se lo crea, yo tampoco, y desde hace mucho tiempo. Lo mío ha sido un desencatamiento progresivo, porque hace años estaba convencido de que eso era posible, de que no podía ser tan complicado ponernos de acuerdo. Y estoy hablando del siglo pasado, cuando los enemigos eran otros, y cuando se podía hablar con todo el mundo cara a cara. Debe muchas cosas por volver a aquello, que distaba mucho de ser perfecto, pero que al menos en cuanto al entorno, no tenía nada que ver con lo que tenemos ahora.

Lo cierto es que, a día de hoy, el valencianismo no ha sido capaz de agrupar el 5% de acciones que hace falta para poder convocar juntas y fiscalizar al gestor que haya en ese momento, que se puede llamar Peter Lim o como se quiera. Y eso dice muchas cosas, y no todas ellas buenas, ni mucho menos. Ah, por cierto, para aquellos que ya estén poniendo el grito en el cielo, servidor tiene agrupadas sus acciones, que no han podido ser más porque el Valencia pone mil trabas a situaciones delicadas (muchas están a nombre de mi padre, que falleció hace 15 años, y el proceso de cambiarlas es interminable).

Pero vamos a las razones. Para empezar, si el valencianismo no está unido, no tenemos nada que hacer. Así de sencillo, y sería muy negativo que el foco fuera un enemigo común, porque eso caduca, que ya pasó en su día con Paco Roig. Debe ser en torno a algo tangible, tal, que de verdad nos haga ver que podemos seguir una bandera. Y para eso no puede haber ni buenos ni malos, porque entonces ya plantamos el árbol torcido. Algunas posturas se han radicalizando al extremo, y para que los discursos sean válidos, toca cambiar a las persona po