Pienso ir a Sevilla, con entrada o sin ella

Valencianismo se hace de muchas maneras, y vivir ese ambiente, incluso sin tener claro si puedes entrar al campo, es algo inolvidable

Toni Hernández | 10 ABR. 2022 | 00:05
Valencia CF

Me voy con mi familiaSevilla para la final de la Copa del Rey Betis - Valencia. A la hora de escribir esto aún sin entrada, porque tenemos que ir los 3 juntos, pero le prometimos a nuestra hija que iríamos, y para allá vamos. Y si podemos entrar al campo, genial. Y si no, viviremos el ambiente de una final en otra ciudad, que para el que no lo haya experimentado nunca, es una de las cosas más bonitas que te puede ofrecer el fútbol. La motivación de esta final es que mi hija vaya a una por primera vez, y no le compro a nadie lo de “si no es ahora, ya será”, porque mi padre pudo pensar eso en 1980, la de Heysel, y volvimos a otra hasta el 95, la del agua en Madrid, donde él ya era mayor para estar en ese ambiente.

Ver a más de 20.000 valencianistas por las calles de Sevilla, qué ciudad para nosotros, vestidos con nuestros colores, con ese color y ese sonido especial que tienen estos días, embriaga a cualquiera. Y eso también forma parte del legado de padres a hijos. Está muy claro que poder ver el partido sería el toque perfecto, pero todo a su debido tiempo, que mi experiencia en estos casos me dice que hay que tener paciencia y aguantar los nervios. Y no se me pasa por la cabeza acudir a la reventa. De alguna manera, muy a mi manera, le estoy sugiriendo a miles de valencianistas que pueden estar como yo un plan. No lo que tienen que hacer, que no soy tan osado, pero sí al menos una alternativa, porque ese fin de semana es perfecto.

Te vas el viernes o el sábado, haces una noche o dos (puedes ir a las afueras de Sevilla, donde todo es mucho barato, o llamar pocos días antes, cuando empiezan a temer los hoteles o casas rurales que puedan perder negocio, y encontrar algo que sea asumible para el bolsillo. Y el domingo, con calma, volverse para casa, que el lunes es festivo por San Vicente. Es algo único, como cada final, y aunque el resultado condiciona, así como “mi final” fue La Cartuja de 1999, jamás podré olvidar el Bernabéu en 1995, porque las primeras veces son irrepetibles, aunque no pudiéramos traer aquella copa a casa. Espero que muchos nos podamos ver en Sevilla en unos días, y todos juntos hacer valencianismo del bueno.