¿Cómo se es un mal o buen valencianista y quién lo decide?

Eso de no respetar al que no piensa igual es una lacra terrible, pero lo duro es ver quién se arroga la facultad de tener la razón

Toni Hernández | 10 ABR. 2022 | 00:03
Mestalla

El que no hace esto es un mal valencianista”, o “el que no piensa de este modo es un colaboracionista”. Esta forma de pensar, que me resulta de lo más peligrosa, se está extendiendo a una velocidad mucho más que preocupante. Pero realmente, ¿quién es el que decide lo que está bien o lo que está mal, o quién actúa de forma correcta y quién no? Tengo claro que para eso hay que dominar el relato, escribirlo, porque de esa forma tú mandas sobre este tipo de cosas. Esta técnica, que han usado todos desde el origen de los tiempos, tiene un problema evidente, y es que en la sociedad actual, nadie puede tener el control total sobre esto, porque hay cientos de de formas de comunicarse e informarse, y cuando tú intentas convencer a nadie de lo contraria, tu teoría empieza a hacer aguas por todas partes.

Cuando eso pasa, que ya está pasando, es cuando se llega a la fase de los insultos, es decir, no es que seas mal valencianistas, es como le dices a otro que igual las cosas no son blanco o negro, además eres un mamador o cualquiera de las estupideces maleducadas que por desgracia tan de moda se han puesto en el entorno de nuestro club. Esta dicotomía, para mí absolutamente falsa y artificial, nace de la base de querer hacer pensar a todo el mundo del mismo modo, vamos, como yo, y quien se salga de ese tiesto, será señalado y masacrado.

Si esto fuera política, que espero que nunca lo sea, tendría un nombre muy feo, muy grotesco, que dice muchas cosas negativas testadas a lo largo de la historia, pero los que llevan a cabo esta forma de vivir, contestan al grito de colaboracionista”, lo que no deja de ser una curiosa paradoja. Dejando claro quién se cree con la autoridad moral de decidir estas cosas, la otra pregunta evidente es qué formación, que no conocemos los demás, tiene para hacer estas cosas. Si me pusiera barriobajero le preguntaría que contra quién ha empatado para arrogarse tales facultades, pero insisto en un concepto del que no me pienso apear: sin respeto, que lo estamos olvidando, estamos condenados a tener un club de mierda. Y eso será sólo culpa nuestra.