Juzgar el valencianismo de cada uno

No le diré (nunca más) a nadie cómo debe vivir su club, pero hay algunas actitudes que me superan, porque perjudican a otros que vienen detrás

Toni Hernández | 09 ABR. 2022 | 00:03
Mestalla

No se puede juzgar el valencianismo de nadie por lo que hace con las entradas de la final de la Copa del Rey”. Me hago mayor, tirando a viejo, lo tengo claro y no hay otra explicación. Parto de una base, y es la del respeto al pensamiento de cada uno, a la forma de vivir y sentir el Valencia. Eso me lo ha dado el tiempo y la distancia, y con lo duro que ha sido, no pienso renunciar a ese aductor de sabría interior, no me da la gana. Lo mismo que tampoco estoy dispuesto a renunciar a una serie de principios que no me entra en la cabeza que puedan ser de otro modo. Estos días he hablado con mucha gente, muchos de ellos padres de niños de la edad de mi hija (casi 8 años), o un poco más mayores.

Están desesperados buscando una entrada para Sevilla, porque los pases de los nanos no cumplen con los requisitos que pide el club, y por un lado acuden a amigos para ver si ellos no van, y por otro miran de reojo la reventa. ¿La reventa? ¿Valencianistas vendiendo sus entradas para La Cartuja antes de tenerlas en las manos por 5 ó 6 veces su valor en taquilla. ¿Valencianistas? Puede que algunas cosas me pase de frenada, y eso que ahora soy un manso, comparado con mi época en la radio, y hasta un blando que eludo la pelea, como me dice más de un buen amigo.

Pero en este tema no puedo, me supera, no lo entiendo, y me pasa desde 1995, cuando me ofrecían entradas para la final contra el Depor por el triple de su valor cuando había aún en las taquillas de Mestalla. No, los que venden de esa manera su entrada no son valencianistas, al menos no de verdad. Les gusta el Valencia, se sacan el pase, van, pero no lo sienten. Porque alguien que lo siente de verdad, si no puede ir o las circunstancias de la vida se lo impiden, cede su derecho a otro valencianista, o vende esa entrada al precio que toca. De ese burro no me pienso bajar nunca. Y el que tenga dudas que hable con esos padres que no pueden llevar a sus hijos. Veréis qué rato más “agradable” pasáis.