Un mes para el partido más importante de la historia reciente del Valencia

Falta un mes para que el Valencia juegue su partido más importante de los últimos años. La final de la Copa del Rey de Lea Cartuja contra el Betis creo que incluso tiene más trascendencia que la de 2019, ya que aunque la consecución de un título tiene siempre la misma relevancia, el impacto que puede suponer el de este año es superior. Se volvería a Europa, algo que no pasa desde 2019, y eso a todos los niveles es clave. Y se consolidaría de forma extraordinaria el proyecto de José Bordalás, que no era a corto plazo por razones obvias, pero que se vería reforzado de un modo que nadie esperaba.

Y podría ser la llave para conseguir la renovación de algunas piezas clave que siguen sin firmar, y también para atraer a otros futbolistas que se puedan estar pensando distintas ofertas que les estén llegando desde diferentes equipos. Salir vencedores del encuentro que debemos disputar dentro de exactamente un mes es algo que tiene muchos premios en el mismo boleto, y es algo que tenemos que poner mucho valor. No sé cómo llegamos a ese momento, aunque tengo claro que si fuera hoy la final, estaríamos en un punto álgido del curso. Hemos recuperado lesionados, y todavía quedan, y si no hay más desgracias de aquí a entonces, varios titulares que necesitamos y que no han podido estar las últimas semanas, volverán a estar a disposición de Bordalás.

Y si además seguimos ganando partidos, sumando puntos y escalando posiciones en la tabla, la confianza en el trabajo que se hace también será más grande, con todo lo bueno que conlleva un contexto como eso. Faltan 31 días para un momento que nadie esperaba hace unos meses, pero que nos ha devuelto la ilusión y la fuerza que quizá teníamos escondida, que no perdida, y eso es algo que se ve tanto en el equipo como en la afición. Que todo siga yendo como va, que es una buena noticia, y que el técnico alicantino continúe con la labor de coco que tan buenos resultados nos está dando.