Futbolero, valencianista, fallero y runner: me odia toda la ciudad, todo el año

Es curioso que muchas de las cosas que hacen grande a nuestra ciudad, pero mucho, sean foco de crítica por parte de ciertos sectores de la socidad

Toni Hernández | 21 MAR. 2022 | 00:02
Falla

Tengo todos los defectos posibles que pueda acumular un valenciano: soy futbolero, valencianista, fallero y runner. Creo que es complicado encontrar tantas taras juntos en estos tiempos que vivimos. Y encima respeto a todos los que tienen otros gustos o preferencias. Soy un loco de la vida, sin lugar a ninguna duda. Han acabado unas fallas que necesitábamos todos, falleros y no falleros, porque ha sido como dar un salto en el tiempo y olvidar que hemos tenido un bicho que ha matado a decenas de miles de personas y que nos ha cambiado la vida estos dos últimos años.

La ciudad estaba alegre, feliz, viva, y todo ello con agua, frío y viento, que no ha parado a nadie durante estos días. He visto mucho triste por las redes y por los medios. Ese perfil de gente a la que le molesta todo siempre, da igual lo que sea. Y volviendo a casa después de la cremà, pensaba que soy un tipo que lo tiene todo para que le pongan a parir los 12 meses del año. Y todo ello por querer disfrutar de mi ciudad, de nuestra cultura o de nuestras pasiones, que ya tiene delito. Me gusta correr, como a decenas de miles de personas, y me parece apasionante ver a Valencia como el centro del mundo una vez al año gracias al Maratón Trinidad Alfonso. Además, estos días he tenido la oportunidad de darle las gracias por ello a Juan Roig en persona. Por cierto, una charla de fútbol maravillosa, dicho sea de paso.

Soy futbolero, y valencianista, y me emociono cuando paramos la ciudad por un partido, por una celebración, por lo que sea, o el club es el eje de nuestras vidas, las de muchos de nosotros. Y siento las fallas como algo que forma parte de nosotros, sin las que no se puede entender nuestra forma de ver la vida. Y respeto a todos aquellos que tienen otros gustos, e incluso a los que detestan todas estas cosas, que los hay. La vida hay que vivirla, que parece mentira, después de todo lo que hemos pasado. Y a los amargados, pues oye, mucho ánimo, que amenazamos con seguir haciendo, cada año, que Valencia sea una gran fiesta los 12 meses.