Cualquiera que no lleve la camiseta del Valencia es enemigo deportivo

Ni homenajes o aplausos, porque sea quien sea quien venga, lo hace para arrebatarnos lo que queremos, y en eso no puede haber amigos

Toni Hernández | 01 MAR. 2022 | 00:01
Gol del Valencia

Cualquiera, sea lo que sea, que no tenga el escudo del Valencia en el pecho en un partido contra nosotros, en Mestalla o fuera, es enemigo deportivo, haya sido lo que haya sido en la historia reciente o pasada de la entidad. Y eso es algo que no tiene discusión, porque cuando alguien viene a nuestra casa a jugar un partido defendiendo otros intereses, no lo hace para darnos palmaditas en la espalda, sino para robarnos la cartera. Esto es algo que no tenemos claro, que con algunos se nos olvida, y eso no tiene sentido. Porque luego asistimos al falso y absurdo debate de si hay que aplaudir a los ex o no hay que hacerlo, como si esto fuera algo nuevo en la historia del club.

Como ha pasado de toda la vida, al que ha dado gloria, dejado buen recuerdo, y siempre se portó bien, se le ha tenido el mismo respeto que ha mostrado. Y al que no, por muy importante que fuera en su momento, todo lo contrario. Mendieta ha sido mucho más grande en la historia del Valencia que Dani Parejo, por ejemplo, y aún me da reparo acordarme de la pitada que llevó el día que se puso a presentar un producto de Google en medio del campo, hace ahora un par de años. O cuando volvió Ayala a Mestalla, que ha sido mil veces más grande que Marcelino, y vistiendo la camiseta del Zaragoza fue pitado hasta la extenuación en un partido de los más tensos que hemos vivido en los últimos 15 años, con la posibilidad del descenso encima de la mesa. 

NO HAY AMIGOS cuando nos estamos jugando la vida, y el que no lo entienda o tenga la piel tan fina como el papel de seda, o ande pensando en guerras que esta semana no tienen sentido, porque la Copa del Rey está muy por encima de todo lo demás, tiene un problema que no se le puede solucionar. Al enemigo deportivo no se le aplaude cuando no toca, y si te estás jugando el pase a una final, o el susodicho no se ha portado a la altura del club, obviamente, mucho menos aún.