Y de nuevo las miradas críticas en el Valencia apuntan a Carlos Soler

La derrota del Valencia contra el Atlético de Madrid tuvo varios dedos acusadores que en muchos casos fueron faltas de respeto e insultos llevados a un extremo que daba vergüenza ajena. Está claro que se miró a Jaume como el máximo responsable (hablaremos de esto con calma, porque como en cualquier situación de equipo, se pueden analizar muchos factores), pero hubo otros jugadores a los que también se les dio, aunque fuera de soslayo, y tampoco resultaba especialmente justo. Uno de ellos es un clásico siempre que no hace un partido a la altura del Balón de Oro: Carlos Soler.

En un Valencia con más recuerdos a nivel de efectivos estoy seguro que no hubiera sido titular, y que a cambio hubiera disputado 20-25 minutos de mucha más calidad porque es lo que le hubiera permitido el físico después de varias semanas lesionado. Pero cuando no hay más hay que tirar de lo que se tiene, y a ese nivel hay pocos jugadores más honrados y más entregados a la causa del Valencia que Soler. Aunque eso conlleve que no luzca lo que él quisiera ni tampoco termine de estar cómodo porque le falta ese punto que se tiene compitiendo. El “chino” tiene un ejército de “haters” siempre apostados para atacar, con aquello de que no hace nada más que tirar penaltis.

Como si eso fuera fácil, dicho sea de paso. Soler no estuvo bien, pero estuvo, sacrificándose lo que pudo para el equipo, pero evidenciando que todavía le queda para su mejor versión. Está siendo un año muy duro para él, porque ya son dos lesiones las que le cortan el ritmo, y eso tampoco es fácil de llevar cuando encima sabes que tu equipo te necesita como el aire para del respirar. Y todo ello en medio de un proceso de renovación en el que al menos nadie se ha atrevido a decir nada negativo de él por estas cosas, aunque lo espero porque hay mucha mala baba en algunos sectores. Yo tengo claro que Soler siempre en mi equipo, si puede ser al 100% mejor, pero teniendo claro que si sólo puede dar el 50 lo hará al máximo. Y eso, aunque haya quien no lo crea, vale más muchas veces que otros sobre el césped aunque puedan dar el máximo.