Bordalás y el "vaso medio vacío"

No pudo ser y el Valencia tuvo que conformarse con tomarse las uvas en una posición aceptable pero no en la zona Champions. La derrota dejó un regusto muy amargo por la manera y el momento en el que se produjo. Ahora el equipo tiene un peligroso compromiso copero en el que las confianzas podrían pasar una mala pasada, superar la eliminatoria sería la mejor inyección de moral de cara al difícil calendario que viene.

Bordalás sabía en verano que llegaba a un club con problemas y en reconstrucción, tenía mucho trabajo por delante y en pocos meses ha conseguido limpiar la cara de la imagen vista el pasado curso con Gracia. Sin embargo el entrenador no está contento y sus declaraciones en público están muy alejadas del conformismo mostrado por otros entrenadores. Bordalás no habla de objetivos a largo plazo pero no renuncia a nada, sabe que la clasificación será justa con su trabajo.

Este Valencia se parece poco al Getafe e incluso podemos decir que se parece muy poco al Valencia imaginado en la mente de Bordalás. Al alicantino no le tiembla el pulso al reconocer que los goles encajados son demasiados, una cifra escandalosa para sus planes. Las críticas a sus futbolistas son constantes pero siempre constructivas, por eso se ha ganado al vestuario y esto es muy importante para seguir mejorando. Al Valencia se le han escapado partidos como el del Espanyol y el Real Madrid en los últimos minutos por falta de oficio, pero para ser justos también hay que reconocer que se ganaron otros a base de entrega y ambición en la parte final. Bordalás sabe que la plantilla puede dar mucho más y por eso ve la botella medio vacía.