¿Quién decía que el Valencia estaba muerto?

¿El sentimiento por el Valencia estaba muerto? ¿El desapego y el desarraigo era lo que primaba entre el valencianismo? ¿Había un distanciamiento insalvable que había alejado a los valencianistas de su club? Peter Lim es un desastre, Meriton una broma pesada, son los culpable de la situación global que estamos viviendo por las decisiones que han tomado y por las que han dejado de tomar, pero afirmar, como se ha afirmado hasta la saciedad, todo lo anterior, es una muestra de ignorancia, mezclada con intereses, que no tiene por dónde cogerse.

Durante muchos meses, y a pesar de los insultos de un sector que se ha quedado con el trasero al aire en este tema, vengo diciendo que confundir a Meriton con el Valencia es un error. Y que el valencianista lo es por encima de quien mande, quien entrene y quien juegue, y que eso no lo cambia nada ni nadie. La teoría del caos social vendía más, mucho más, y es la que se ha intentado extender desde mayo. Durante ese tiempo también he insistido en otro tema: dejemos que la gente piense, diga y haga lo que le dé la real gana, faltaría más.

El Valencia está por encima de todo y de todos, y eso es algo que no se tiene claro. O sí, pero repito de nuevo, convienen más otras cosas, porque hay que seguir un argumento que no te permite salirte del camino a pesar de que la verdad sea distinta. Todo valencianista será del Valencia aunque Peter Lim esté aquí 10 años más (esperemos que no), aunque bajemos a Segunda (esperemos que tampoco) o si Anil Murthy nos manda callar de nuevo en Mestalla (que no tendría perdón de Dios). Porque el sentimiento es más fuerte que todo eso. Pero mucho más fuerte.