El Valencia de Bordalás nos va a hacer sufrir, pero va a engancharnos a todos

El Valencia de José Bordalás es un equipo por el que vale la pena sufrir hasta reventar en cada partido. Transmiten algo que es difícil, que no se consigue el primer día, y es esa sensación de ir a muerte a todos, de creer, de tener una idea muy clara de cómo hacer las cosas. Eso que tanto nos gusta aquí, que tan bien nos ha ido muchas veces, y que al final es lo más parecido que existe a eso que está tan de moda este verano: recuperar el ADN de este club. Creo que todos acabamos emocionados después de ganar al Getafe.

No se trata de sacar ningún autobús a celebrar nada, que aquí todo lo llevamos siempre al extremo, pero está claro que en un partido hemos sentido más cosas que en toda una temporada. Casi con los mismos jugadores, apenas aún sin fichajes, y con gente que no contaba en teoría antes de empezar el verano, hemos visto que se puede competir, que se puede pelear, que se puede ganar. Y no, no se puede ni se debe mirar más allá del partido del fin de semana, porque estaríamos cometiendo un error grave, pero es obvio que todo ha cambiado. Y mucho.

Este Valencia vale la pena. Primero porque es nuestro equipo, aunque a veces, el enfado que llevamos por muchas cosas nos nuble la vista ante lo que es evidente. Pero el balón, que todo lo puede siempre en este bendito deporte, y que es el único que no habla, es el que da y quita razones. Y aunque los que mandan deben irse de aquí aunque ganáramos la Liga, los aficionados tenemos todo el derecho del mundo a ilusionarnos con nuestro equipo, a sentirnos orgullosos de él. Y si se dejan el alma en cada partido, mucho más aún.