Jugador valenciano y formado en la casa, siempre a dar el doble para recibir la mitad

Siempre ha sido así, sigue siendo así y seguirá siendo así, aunque existirá un núcleo que lo negará siempre bajo el falso paraguas de la exigencia

Toni Hernández | 15 ABR. 2021 | 07:00
Carlos Soler

Si eres un jugador valenciano formado en la cantera del Valencia lo tienes más difícil que si vienes de fuera. Los elogios son menos, siempre, y los palos, el doble, da igual lo que pase. Ha sido así toda la vida, sigue siendo así y, desde luego, tiene toda la pinta de continuar siendo de esta manera por los siglos de los siglos. Eso sí, siempre hay un núcleo negacionista que a todo le pone pegas, que nunca nada le viene bien, y que usa la excusa inversa (a los de casa, por serlo, se les perdona todo), para atizarles como si no hubiera mañana.

Ejemplos tenemos decenas, de ayer, de hoy y de siempre, y más que poner nombres, aunque hayamos usado una foto de Carlos Soler, que bien sirve para ilustrar lo que decimos, el tema es otro. Nadie sabe lo que cuesta formar jugadores de élite por muy buena que sea tu cantera (que la del Valencia lo es, por mucho que ahora se diga por los resultados del Mestalla). Porque eso no depende del trabajo ni del talento, al menos no sólo, y el resto de factores se olvidan como si esto fuera una partida del Fútbol Manager y todo se diera de manera automática.

Cuando un jugador de casa está bien, está menos bien que uno de fuera. Cuando un jugador de casa falla, lo hace más que el de fuera. Cuando un jugador de casa es titular en el Valencia es porque se lo regalan. Cuando un jugador de fuera lo es, resulta que tiene más nivel que el de casa. Y así hasta el infinito. Siempre haciendo de menos a los nuestros, que siempre habrá mejores y peores, y siempre dando más valor a lo de fuera, aunque sea más caro y su rendimiento real no sea mejor. La grandeza del Valencia también es tener sentido común y no el morro tan fino, y sin ningún tipo de criterio o análisis.