El fracaso en el Valencia de un modelo condenado (De Torino a Mestalla)

La plataforma "De Torino a Mestalla", que pretendía aglutinar a distintos colectivos para ayudar a "salvar" al Valencia, ha sido un absoluto fracaso. Lo digo con mal sabor de boca, porque la idea, como ha habido otras antes, es buena, es necesaria. Pero lo que no tiene sentido, y es por lo que algunos como quien suscribe intuimos que no tendría recorrido, es que no se pueden cometer siempre los mismos errores, con las mismas personas, y en los mismos contextos. Cuando el tiempo ha dicho que eso nunca antes ha funcionado.

No entro en la figura de Juan Martín Queralt, sin negar que nunca ha sido santo de mi devoción, y que eso de que no genera dudas ni diferencias, es una leyenda urbana que no se corresponde con la realidad. Mi respeto es máximo, porque al menos es alguien que lo intenta siempre, pero repito, cometiendo, para mí, los mismos errores cada vez. Y es que me temo que no se entiende algo básico y esencial: el Valencia es de todos, y cada uno lo entiende de una forma, debiendo ser todas igual de respetadas.

Y hay otra cosa esencial: el Valencia está por encima de intereses personales, y por supuesto, de egos. Nada de todo eso se ha superado, y finalmente, la idea ha caído de forma estrepitosa, con todos los grupos que la formaron marchándose uno tras otro. Sinceramente, una pena que no entendamos que la unión real del valencianismo exige, lo primero, un trabajo de generosidad para el que no piensa igual. Y desde luego, una necesidad absoluta de no querer protagonismo. Quizá es demasiado para algunos.