Una realidad que delata la penosa gestión deportiva de Meriton

El Valencia necesitaría un milagro para poder jugar en Europa la próxima temporada, a día de hoy es un objetivo demasiado lejano y parece que al equipo solo le llega para mantener la categoría. Ha pasado el suficiente tiempo como para hacer un análisis global de la estancia de Meriton en Valencia, y por supuesto los éxitos puntuales no salvan a los fracasos. Es más, la Copa del Rey y las dos últimas clasificaciones a la Champions delatan todavía más a la penosa gestión que se ha hecho desde Singapur: cuando Peter Lim tomó decisiones contundentes o dejó el club en manos de sus empleados de confianza solo se logró caminar al borde del abismo.

Meriton cumple su séptima temporada al frente del club, y si se cumple lo razonable será la cuarta campaña en la que el Valencia se quede fuera de las competiciones europeas. No hay excusa que sirva ante un desastre deportivo de semejante magnitud, por mucho que la propiedad insista en hacer ver que es algo normal y a lo que hay que acostumbrarse, la pérdida de grandeza solo es comparable a la etapa en la que el club descendió a segunda división.

Lo peor ya no es que el Valencia se quedará fuera de competiciones continentales, es que en la mayoría de esas campañas ni siquiera hubo opciones reales de lograr este objetivo menor. Para el cuarto equipo de la clasificación histórica de La Liga es un dato para avergonzarse. La gestión deportiva de Peter Lim ha sido caótica a pesar del título de copa.