Inestabilidad e incertidumbre sin precedentes en el Valencia

Un verano sin fichajes después de desmantelar por completo la plantilla, un entrenador que se quiere ir del club y al que no se le acepta la dimisión, rendimiento muy pobre del equipo y coqueteos con el descenso, noticias que dañan la imagen del Valencia CF alrededor del mundo, un estadio paralizado en medio de una guerra con las instituciones...y por si fuera poco, la aparición de un príncipe como posible cara visible en el futuro. Independientemente de lo que pueda ocurrir en los próximos meses, la puesta en escena del Príncipe de Johor ha sido cuando menos sorprendente, rozando lo cómico.

Lejos de entrar a valorar si la colaboración con Peter Lim o su hipotética entrada en el club pudiera ser buena o mala, no es demasiado normal que su irrupción se haya producido con mensajes misteriosos y proclamas cercanas al populismo; el señor Tunku Ismail ha entrado con fuerza en el sainete que es a día de hoy el Valencia. Todo este clima que se produce en medio de una crisis económica extraordinaria (no lo olvidemos) no hace sino aumentar la sensación de fragilidad que afecta al equipo. Los jugadores no son ajenos a estas noticias, y justo cuando se deben afrontar renovaciones importantes no es la mejor manera de convencer a las mejores piezas del equipo.

El Valencia siempre fue un club complicado en el apartado social. Tuvo episodios negros como el descenso a segunda, las luchas por los diferentes paquetes accionariales e incluso un proceso de venta que se convirtió en una guerra de intereses. Pero por mucho que se insista en la idea de que estas cosas han ocurrido siempre, definitivamente no es así. Cada capítulo que se vive en el Valencia actual supera al anterior y hemos entrado en el período más surrealista de la historia del club.