¿Qué quiere exactamente el entorno del Valencia de un capitán?

“El Valencia ha regalado la primera parte. No es la primera vez que pasa. Si no sales con intensidad no sé a qué vamos a aspirar”. Estas palabras del capitán del equipo, José Luis Gayà, incendiaban un poco más el entorno después del bochorno pasado contra el Madrid en Valdebebas. El de Pedreguer hacía autocrítica, hablaba claro y alto, pero lo que terminaba ocurriendo era que le caían a él los palos por dar la cara y no soltar cuatro tópicos absurdos que no van a ninguna parte. Es como si nos gustara que nos dijeran la verdad aunque es lo que pedimos siempre.

Son esas contradicciones de toda la vida a las que nunca les encontraré una explicación razonable. “No hemos sabido dar tres pases seguidos en la primera parte. En la segunda hemos estado mejor pero no era muy difícil mejorar”. Esto alteraba aún más los ánimos. "¡Es que siempre dicen lo mismo!" El problema es que ha pasado demasiadas veces lo mismo, y cuando se le pregunta a Gayà, como capitán, no pone un solo paño caliente. En definitiva, como deben ser la cosas, ni más ni menos. Pero la normalidad del fútbol nos viene siempre tan mal, que aún hubo un giro de tuerca más.

“No sirve de nada mirar la clasificación. Hay que mirar el siguiente partido. Hoy veníamos a hacer un buen partido y no lo hemos hecho”. Que es lo que toca, porque lamentarse de lo que ya no tiene vuelta no vale para nada. Y ahí la lluvia se hizo se hizo de ladrillos. ¿Qué demonios queremos de un capitán? Qué esperamos, ¿que se cojan del cuello en medio de un partido? ¿Que se graben lo que se dicen dentro del vestuario y lo suban a Instagram? Pedimos cosas que luego no nos gusta ver, y reclamamos actitudes que nunca pueden ser visibles. Y eso es sólo culpa nuestra.