El Valencia se hunde, aunque rescata un punto

El equipo da señales de vida, sin duda, pero eso no vale para ganar partidos en Primera, y el agua empieza a superar el cuello

Toni Hernández | 04 ENE. 2021 | 22:53
Daniel Wass

La primera final de Javi Gracia con el Valencia era contra el Cádiz, y el técnico navarro apostaba por su clásico 4-4-2 con todos jugando en su sitio, incluyendo a Correia en el lateral derecho. La primera la tenían los visitantes en un balón parado, pero lo cierto es que no se salía mal. Faltaba un punto de presión en el último tercio de campo, pero el plan de partido volvía a ser robar y correr cara a la portería contraria. Eso sí, cuando los amarillos llegaban era peligro de verdad. Álex la tenía muy clara en el 16, pero su remate se iba fuera. A los 18 minutos, Cheryshev y Guillamón ya tenían amarilla en un partido de guante blanco. El equipo lo intentaba mucho por dentro, renunciando de alguna manera a los costados, y mediada la primera parte, no salía demasiado bien.

En el 22, una buena jugada de Soler terminaba en un gran centro de Correia y un remate de Maxi… que paraba el portero cuando se cantaba el gol. En la jugada siguiente caía lesionado, otra vez, Kevin Gameiro. Su puesto lo ocupaba Kang in Lee… El partido cayó en cierto letargo durante bastantes minutos, con muchas precauciones por parte de todos. Hasta que en el 36, de nuevo robo y rapidez, Cheryshev remataba muy cerca del palo. Y de ahí hasta el final, de nuevo, la nada, 0-0 al descanso, y con mucho que hacer en el segundo periodo.

La segunda mitad empezaba sin cambios y con la necesidad imperiosa de ganar. Un poco de corre calles que no favorecía a nadie como arenque, aunque ninguno terminaba de hacer daño. El Valencia no estaba mal, pero me faltaba mucha pegada. Y el Cádiz, no estando igual, llegaba con mucho más peligro. Y en una de esas jugadas aisladas, con varios fallos en cadena, el Espino rompía a Correia y el Choco, de media chilena, hacía el 0-1. Los malos minutos se pagaban una vez más. Faltaba media hora, y las sensaciones no podían ser peores en todos los sentidos. Blanco entraba en el campo por un gris Yunus en el 63, lo mismo que Vallejo por Cheryshev. El Valencia daba un paso adelante, yendo a muerte a por lo que fuera.

Los visitantes tenían el 0-2 en el 71, pero el remate de Lozano se iba al palo. Los de Gracia lo intentaban, pero con mucho corazón y poca cabeza. Rubén Sobrino entraba por Wass en el 75. El todo por el todo. Y en el 78, un balón perdido llega a Gayà, que pone un centro de lujo… y el remate de Maxi esta vez sí iba para dentro. El encuentro estaba roto faltando 5 minutos y podía pasar cualquier cosa. Y como sucede tantas veces, no terminó ocurriendo nada. Un empate que no sirve para casi nada.