La verdad del Valencia que no queremos entender (SAD)

Maldigo mil veces el momento en que nos convertimos en Sociedad Anónima Deportiva, pero esa es nuestra verdad, aunque no nos guste

Toni Hernández | 01 ENE. 2021 | 09:00
Mestalla

Hay una verdad sobre el Valencia que todos deberíamos entender para saber exactamente hacia dónde debemos remar. Nuestro Valencia es una sociedad anónima deportiva desde hace casi 30, por una ley del deporte absurda auspiciada por Gómez Navarro, y que nos condenó para siempre. Contra eso no se puede hacer nada, y lo que no podemos empeñarnos es en jugar a este juego con las reglas de otro. Y es lo que hacemos casi siempre.

Por muchas barbaridades de muchos valencianos, hemos terminado en manos de un dueño, de un inversor, que cuando se ha ganado ha sido bueno y cuando no, malo, como toda la vida. Pero que ha tomado decisiones de dueño y no de presidente, y eso nos ha dejado a todos escocidos. Y lo queremos cambiar con las normas del pasado, a base de pañoladas o manifestaciones, cuando eso, lo hemos dicho antes, es jugar a este juego con las reglas de otro.

Es decir, absolutamente incompatible por más que se cabree todo el valencianismo utópico, con el que muchas veces me identifico. La verdad que debemos entender es que Lim no se va, no vende… a menos que alguien lo convenza para hacerlo, y eso sólo ocurrirá con una oferta económica importante. Mientras eso ocurre o deja de ocurrir, lo más sensato, por mucho que ahora salga toda la tropa de los que ven blanqueadores por todas partes, es intentar hablar con Lim y hacerle ver qué se puede y qué se debe hacer aquí.

Generar una figura que sea su nexo de unión de verdad, que sea real, que incluso pueda ser un presidente que nos represente a todos. Y mientras nadie traiga una oferta de dinero por sus acciones que él vaya a aceptar, que esa es otra, podemos querer pegarle fuego a todo 24 horas al día, pero eso no va a cambiar nada, ni con Mestalla lleno. Y sólo irá en contra nuestra, y mucho más ahora.