Las lecciones que deben aprenderse tras lo ocurrido en Terrassa

Es hora de pasar página y centrarse en La Liga, pero bajo ningún concepto se tiene que olvidar lo que ocurrió el miércoles en la copa

Jose Hernández | 18 DIC. 2020 | 08:00
Terrassa-Valencia

"Debemos aprender de lo ocurrido", es la frase más repetida desde que finalizó el partido de Terrassa, y desde luego no tiene que caer en saco roto. Repasamos algunas cuestiones que nos dejó la extraña noche copera del miércoles.

La camiseta y el escudo no ganan partidos

Es un detalle obvio pero sirve incluso en encuentros en los que el rival es de categoría muy baja. Frente a equipos de nivel tan bajo no suelen ocurrir estos accidentes, pero el fútbol no es una ciencia exacta y el Valencia estuvo muy cerca de sufrir un percance que habría pasado a la historia.

Las decisiones de Javi Gracia

El técnico también debe aprender de la mala experiencia. Era lógico que se presentase un once con novedades pero fue muy arriesgado que no se incluyeran otras piezas de peso para compensar. Con el marcador en contra al equipo le pudo la presión y además desde el banquillo no se produjeron modificaciones en lo táctico que ayudaran a equilibrar el partido mucho antes. En las próximas eliminatorias no puede volver a suceder.

Ambición y aprovechar la oportunidad

No es el momento de cargar las tintas con los más jóvenes pero un partido como el del miércoles debe servir para que muchos futbolistas se den cuenta del lugar en el que están. Las excusas de juventud sirven ante rivales de potencial como el Atlético de Madrid y otros rivales de primera división, pero no se puede argumentar algo así cuando en frente hay un equipo con mucha ilusión pero formado por jugadores que ni siquiera son profesionales. Los jóvenes tienen que demostrar en estos partidos que tienen la calidad suficiente para estar en ese lugar, frente al Terrassa afloraron demasiadas dudas en muchos de los que participaron.

La copa siempre es importante

Por muy mala que sea la situación en La Liga el Valencia no puede permitirse despreciar competiciones, y menos hacerlo en una temporada en la que no se participa en Europa. La alineación y lo visto en el terreno de juego si denota cierta distancia con la competitividad que debería existir en todos los encuentros oficiales.