Hugo Guillamón o cómo no entender qué es tener jugadores jóvenes en el Valencia

Entender qué tipo de jugador es Hugo Guillamón, y su edad, es algo que en el entorno del Valencia deberíamos tener muy claro. Hemos estado poco menos que exigiendo su titularidad hasta que las circunstancias lo hicieron posible. Hemos aplaudido sus buenos partidos, que los ha tenido, como por ejemplo contra el Madrid. Y hemos asistido al despellejamiento más vil y salvaje de un chaval de 20 años, formado en casa, y que apenas si lleva 13 partidos en Primera División tras la primera mitad en Vitoria.

El penalti es un fallo grave, luego pierde un balón cerca del área y un control fácil le pasa por debajo del pie, y pudo ser el 3-0. Eso nadie lo discute, pero miremos más allá. En un Valencia “normal”, no es que Guillamón estuviera jugando menos, es que quizá no estaría en la plantilla. Por edad, quizá su sitio fuera en el filial con dinámica de primer equipo, o cedido en algún sitio donde fuera una pieza clave. Pero está aquí.

Y lo que demostró ese chaval el domingo en Mendizorroza es que quiere ser jugador de fútbol, y que tiene madera para serlo. Muchos se hubieran hundido, habría seguido fallando o hubieran pedido el cambio al descanso. Él siguió jugando igual, de la misma forma, con el mismo aplomo. Y acabó mucho más que bien, incluso marcando un gol de cabeza, que es mucho más vistoso que todo lo anterior, pero no más importante. Tiene 20 años, muchos errores que cometer, y como cualquiera, lo que necesita es paciencia y confianza. Por cierto, Javi Gracia en este asunto, de 10.