¿Quedan líderes en el actual Valencia?

No hay un mando fuerte desde el banquillo y tampoco jugadores capaces de asumir la responsabilidad en una situación tan delicada

Jose Hernández | 26 OCT. 2020 | 07:57
José Luis Gayà

El Valencia es un barco a la deriva, la propiedad con Peter Lim a la cabeza ha puesto a los pies de los leónes a la institución (su propia empresa ha dejado de importarle y no se encuentra ninguna razón de peso). Lo quer ocurre en el campo es la consecuencia directa de una penosa gestión, y sin duda era algo que se veía venir desde que el fuego se intensificó este verano. Ya ha quedado claro que la plantilla no confía 100% en Javi Gracia, y no porque piensen que no tiene capacidad para entrenar al equipo, sino porque el propio técnico ha demostrado con sus mensajes y su manera de proceder en los partidos que la situación le viene grande. Le han engañado (algo intolerable), pero tampoco está teniendo el temple suficiente para reflotar una nave debilitada a más no poder (en cierto modo esto también debería ser un reto más que estimulante para él).

Pero vamos a centrarnos en la plantilla. Han salido Parejo, Garay y Rodrigo, pesos pesados en el campo y en el vestuario. De lo que ha quedado se puede esperar muy poco en cuanto a capacidad de liderazgo y compromiso, ya estamos comprobando la penosa actitud de Kondogbia. Otras piezas de la plantilla no tienen la suficiente experiencia para dar un golpe sobre la mesa y tirar de sus compañeros (los gritos de Jaume Doménech y el buen compañerismo no son suficientes, hablamos de otro tipo de liderazgo futbolístico).

Únicamente `podríamos salvar a José Luis Gayà, un capitán intachable en este aspecto pero que convive en un vestuario demasiado tierno y acomodado; algunos jugadores viven tranquilos mientras todas las críticas vayan dirigidas a la gestión y no a su trabajo. En cuanto a Gayà, hay que reconocer que tampoco está mostrando su mejor fútbol en este inicio de temporada. Por tanto queda claro que la plantilla está falta de referentes, tanto en la figura del entrenador como en cuanto a los jugadores. Es un problema porque se avecinan partidos muy complicados.