Valencia CF, una entidad en decadencia

Opinión/ El deseo de todos es que el Valencia salga del túnel oscuro en el que se encuentra, pero el desánimo y la resignación crecen día a día

Jose Hernández | 22 OCT. 2020 | 08:00
Anil Murthy

Hay que pensar en el futuro inmediato, y eso pasa porque el Valencia comience a ganar partidos y al menos en la parcela deportiva se pueda salir sin demasiadas consecuencias de la actual crisis. Pero el problema de base es mucho más profundo y refleja que la entidad pasa por uno de los peores momentos de su historia.

Proyecto ilusionante finiquitado

Se podía discrepar sobre algunas decisiones de Marcelino, por supuesto en aquel Valencia había muchas cosas a mejorar, pero lo que no se puede negar es que ese equipo ilusionaba y la copa de Sevilla representaba para muchos la creencia de que lo mejor estaba por llegar. Los intereses de la propiedad no caminaban por la misma senda y aquel efímero ciclo de dos años fue dinamitado a golpe de despidos y cambios en los puestos de mando.

Mentiras y nula ambición deportiva

Es lo que ha ocurrido este verano. Se puede argumentar que la difícil situación económica derivada de la crisis del COVID ha cambiado el escenario, pero bajo ningún concepto se puede entender que el club no haya reforzado al equipo con algunos jugadores. Es un hecho insólito que demuestra las inexistentes ganas de crear un Valencia competitivo.

Despidos y nombramientos de gente alejada al fútbol

A estas alturas no vamos a descubrir que Peter Lim y todos sus satélites no son precisamente expertos del "mundillo futbolístico". La cúpula del Valencia está dirigida por personas que quieren mandar bajo sus criterios (en el caso de Lim algo legítimo ya que al fin y al cabo es el propietario de la mayoría accionarial), pero que son incapaces de dejarse asesorar por verdaderos profesionales. Los despidos que se suceden día a día demuestran la dura línea jerárquica que existe en el club. Cualquiera que se haya mostrado crítico o al menos no sea 100% de la cuerda de Meriton termina finiquitado y lejos de la entidad. El resultado de esta política puede llevar al Valencia al abismo.

Imagen deteriorada a todos los niveles

El Valencia no es un club respetado. Fuera de la ciudad todos los aficionados califican al Valencia como una entidad con verdaderos problemas y muy alejada de la gloria del pasado. Al aficionado valencianista le duele esta pérdida de grandeza, un sentimiento que evidentemente no padecen ni Peter Lim ni ninguno de sus enviados a la capital del Túria. Los defensores a ultranza de Lim que en los últimos años veneraron al "salvador de Singapur", ahora solo son capaces de excusarse con la boca pequeña utilizando como escudo a malos gestores anteriores. La decadencia y mediocridad absoluta se ha instalado en el Valencia CF.